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Fuentes, Marcela A. Activismos tecnopolíticos. Constelaciones de performance. Traductor Mariano López Seoane. Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2020, 272p. ISBN 978-987-712-214-5

Por Julia Elena Sagaseta

 

Marcela Fuentes (Marsha Gall) es una gran conocedora de la performance. Es performer, investigadora y autora de numerosos textos sobre el tema. Estudió Artes Combinadas en la Universidad de Buenos Aires y se doctoró en Estudios de Performance en la Universidad de Nueva York. En la actualidad es profesora en la Northwestern University de Illinois y continúa con sus actividades como investigadora. Este libro es producto de esa tarea. Tanto sus trabajos performáticos como los académicos dan cuenta de la relación de las acciones con su realidad social, en particular en las críticas al neoliberalismo, así como los vínculos con la tecnología y los cambios en el ámbito artístico.

Ve la performance, una práctica interdisciplinaria, como una forma de representar los conflictos sociales y de dar sentido e interpelar los sistemas de poder. Las maneras de hacer performance involucran espacialidad, temporalidad, corporalidad y participación. Es también un comportamiento expresivo que tanto sedimenta como cuestiona el comportamiento social. Fuentes da mucha importancia al lugar que toma el teatro, los comportamientos corporales y la performance artística en las performances de protesta que estudia con mucho detenimiento. Utiliza el concepto de constelaciones de performance como un lente teórico para “definir tácticas de disrupción y de creación de mundos posibilitadas por las articulaciones activistas entre las performances de protesta corporales y la acción de redes digitales”.

En cada uno de los capítulos va a estudiar con detalle y mucho material investigado, distintos hechos de performance política en el espacio latinamericano. En el primero toma el movimiento zapatista y la protesta online que suscita desde el Teatro de Disturbio Electrónico, un colectivo estadounidense (Electronic Disturbance Theater) que proponía “sentadas virtuales” frente a distintos hechos de represión contra el zapatismo. La acción corporal de la performance política pasa así al espacio digital y multiplica el involucramiento de públicos internacionales; se basa en la eficacia simbólica de performance política y cultural.

En el capítulo dos estudia la crisis de Argentina en 2001. Analiza los hechos públicos, los cacerolazos, la narración periodística y digital contra mecanismos que beneficiaban al capital financiero. Las constelaciones de performance dieron una proyección trasnacional a las protestas callejeras.

En el capítulo tres estudia las performances políticas del movimiento estudiantil chileno en 2011 y su manifestación y repercusión en las redes sociales. Los jóvenes con sus acciones toman el espacio público y lo hacen repercutir en el espacio online, se enfrentan al gobierno y al poder neoliberal. Las constelaciones de performance que se establecen permiten expandir el movimiento.

En el capítulo cuatro vuelve a México con la movilización que se produce a partir de la desaparición de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa en 2014. Estudia las protestas callejeras, las manifestaciones en distintos lugares del país y del exterior y el movimiento en las redes a partir del uso de hashtags como herramientas para la movilización social frente a las estrategias de control ejercidas desde el poder. Y el entrecruzamiento entre la performance simbólica corporizada y la performatividad digital de los activismos contemporáneos.

En el capítulo cinco trata los movimientos de mujeres y las disidencias sexuales  que toman gran importancia en el siglo XXI y las formas de acoso sexual y de femicidio dentro del capitalismo heteropatrialcal así como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y la importancia simbólica del pañuelo verde. Analiza los feminismos trasnacionales y decoloniales, estudia distintos hashtags como parte de las herramientas feministas y señala el actuar performático de los feminismos actuales. Se focaliza en el movimiento Ni Una Menos analizando algunas de sus performances callejeras tecnopolíticas así como sus campañas en redes sociales, sus formas de “acuerparse” y la acción performática de sitio específico Operación araña (con muchos elementos de teatro popular para tratar el tema del aborto).

En el epílogo señala que las constelaciones de performance no tratan solo de la interrelación espacio público e internet sino que permiten la relación entre emergencia e historia. Como dice sintética y acertadamente “acontecimiento, desarrollo y memoria”.  Es un libro muy sólido en sus conceptos y muy útil por su mirada tan precisa para conocer la performatividad política y artística en Latinoamérica.