número 22 | marzo 2024
Reseñas
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GROYS, BORIS Devenir obra de arte, Caja Negra, 104 pág.

Federico Aguilar (UNA)

 

Devenir obra de arte es el último libro del prestigioso filósofo y crítico de arte alemán, Boris Groys. Está editado por Caja Negra, al igual que otras de sus importantes obras Volverse Público (2014) o Arte en Flujo (2016). Su nuevo libro, se presenta en un formato similar (en forma y extensión) que las publicaciones mencionadas. Retoma, además, temas ya desarrollados en otros textos como la relación entre arte y vida, y el rol de los medios en la misma. En este aspecto, vemos una continuidad en sus producciones, pero en el caso de su última publicación, podemos observar una radicalización en su análisis y propuesta; nadie, afirma, puede escapar a su destino como obra de arte. El libro está estructurado en 10 capítulos (sin títulos) ¿Quizás en un guiño de lo propuesto? El libro desarrolla cómo los seres humanos, en un mundo donde internet es protagonista, son empujados al autodiseño de su propia imagen en las redes. Acertadamente, ya desde el primer capítulo, toma al personaje de Narciso para esclarecer el funcionamiento del individuo en la actualidad. Lo hace, para explicar la sociedad contemporánea, a menudo, considerada como narcisista, y en la que las personas están obligadas a realizar el autodiseño de su propia imagen. A lo largo de los capítulos, sin dejar de sacar provecho de la analogía con el mito de Narciso, va a ir esclareciendo las implicancias y tensiones que se producen a raíz de la obligación del autodiseño de la propia imagen. Así como Narciso “encuadra” su propia imagen en el río, los seres humanos lo haremos en internet. El autor sugiere que ya no diseñamos nuestra alma para que sea vista por Dios y nos permita la entrada al paraíso, ahora diseñamos nuestra imagen, y tratamos de controlar lo que de ella llega, a través de la tecnología, a la mirada de los otros. Este intento de control, cobra profunda dimensión tal como lo trata el libro, cuando pensamos que nuestra imagen, y claro desde esta perspectiva, también nuestra identidad, trasciende a nuestro tiempo biológico. Groys argumenta en su libro, que nuestra huella digital podrá ir más allá de nuestra vida, en quién sabe qué devenires. Sobrevuela y analiza el pensamiento de muchas personas que piensan que su ser virtual, sobrevivirá en alguna parte de la nube y que podrá ser convocada por cualquier usuarix a través de Google. Al mismo tiempo, el autor señala, a través de una analogía con los médiums que invocan a espíritus, que ninguna nube digital promete una forma confiable de vida en el más allá (que ahora sería Google), en este nuevo cielo que sustituye al tradicional.

El libro presenta un exhaustivo análisis de una sociedad contemporánea, profundamente entrelazada con la tecnología. Lo hará en un lenguaje accesible a pesar de apelar constantemente a una nutrida enciclopedia del lector. Para su argumentación, Groys referirá ejemplos de lo más diversos: no solamente los dados por intelectuales y artistas legitimados desde la academia, sino también ejemplos del mainstream; Star Wars, Game of Thrones o The Lord of the Rings, entre otros.  Su escritura posee una importante cantidad de procedimientos retóricos, que darán un aditamento rítmico y literario a su análisis teórico.

Devenir obra de arte es un libro esclarecedor del mundo que vivimos. Organiza conceptualmente, suposiciones que seguramente ya tenemos frente a las nuevas tecnologías, y a la vez, devela nuevos intersticios.

No nos resta más que recomendar este libro, para entender más un mundo que nos es familiar y cotidiano, incluso prosaico, pero con un destino que promete devenir obra de arte. En este sentido, el libro hace alusión a Joseph Beuys, ejemplo por cierto elocuente para tratar las imbricaciones que pueden darse entre arte y vida. Cita al célebre artista alemán, pero para parafrasear, con cierta inversión, una de sus frases más famosas. Tal como lo señala Groys, a diferencia de Beuys, ya no solamente todos tenemos derecho a considerarnos artistas, sino que ahora ese derecho, pareciera, se ha convertido en una obligación. Devenir Obra de Arte de Boris Groys, sustenta con precisión y profundidad esta afirmación.