Varley, Julia. Piedras de agua. Cuaderno de una actriz del Odin Teatret. Traducción de Ana Woolf. Lima, Editorial San Marcos, 2008. 270 pp.
por Ana Rodríguez Arana (IUNA-UBA)
La
Editorial San Marcos de Lima acaba de editar, con el apoyo del grupo Yuyachkani,
la versión castellana del último texto de Julia Varley. Estas Piedras de
Agua, que amalgaman el fluir y la presencia, lo efímero y lo que permanece,
son presentadas como el cuaderno o la libreta de una actriz. Esas anotaciones
que la actriz –definida por Varley como “la persona que realiza acciones”- fija
en la escritura y que van acompañando e iluminando su accionar.
Estamos ante el cuaderno
de Julia, que luego de treinta años en el Odin Teatret pretende capturar en
relato lo que debe ser transmitido en torno a la práctica del oficio y a su
propio recorrido en la construcción personal del sentido. La actriz asume así
el desafío de encontrar las palabras que permitan intuir los procesos
implícitos de la práctica teatral y orientar a sus posibles herederos.
De este modo quedan
fijadas algunas huellas de su experiencia que captan el carácter no definitivo
de lo que es posible afirmar. Piedras de agua comienza narrando los
primeros pasos de su volverse actriz que incluyen su llegada al Odin y el comienzo
de su aprendizaje. Aquí nos es relatado su encuentro con el training que, como
un “micro-laboratorio”, “un espacio subjetivo para descubrir y descubrirse”, le
permitió el hallazgo de su propio lenguaje y el develamiento de los principios
de la presencia escénica para construir la propia autonomía profesional. En la
lectura asistimos a la minuciosa reconstrucción del arduo camino de la
técnica, un camino en el que confluyen los senderos de la disciplina de
trabajo, la cultura de grupo, la transmisión y las normativas del oficio pero
también de lo que palpita en el interior del sujeto, de la herencia personal
que pertenece a la propia e intransferible identidad artística. A partir de
allí la autora se adentra en un análisis de los principios de la improvisación
y de la composición, de los métodos de construcción de materiales y de los
procedimientos para su elaboración.
Hilvanando en
primera persona las memorias de su aprendizaje, Julia Varley nos hace
desembarcar finalmente en el reino fascinante de la ficción y de los
personajes; los personajes que viven sólo en un espectáculo y los que al
transformarse en emanaciones de su yo sobreviven como compañeros de ruta que se
resignifican y resignifican su trabajo. Y de la mano de los personajes llegará
la idea de una dramaturgia entendida como “un camino de fuerte seducción,
misterioso desde afuera y en cuyo interior resulta inevitable perderse”.
A través de esta
trama de diferentes hilos que son desplegados como una ofrenda por la actriz,
podemos seguir su largo recorrido. Y al seguir sus pasos por medio de la
lectura de sus páginas, que están grávidas de una experiencia artística y
teatral auténtica, nos es habilitada la dimensión de un encuentro: vislumbrar
la magia del trabajo creativo que obliga al artista a enfrentarse con lo
desconocido y a adentrarse por dificultosos laberintos.