IUNA
 
número 12 | Marzo 2015
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Pensando el teatro intercultural desde América Latina

Rodrigo Benza Guerra PUCT (Lima, Perú) / UDSC (Santa Catarina, Brasil)

Entre 2006 y 2011 realicé tres proyectos que denominé de teatro intercultural. En estos procesos realizamos oficinas de teatro y artes plásticas con jóvenes indígenas de la Amazonía peruana y mestizos[1] tanto de la ciudad de Pucallpa como de Lima. Durante las oficinas creamos colectivamente espectáculos que fueron presentados en comunidades indígenas, en universidades y plazas de Pucallpa y Lima, y en un teatro de Lima. Mi motivación para realizar estos proyectos fue unir dos grandes temas que me interesaban y formaban parte importante de mi vida académica y artística: el teatro y la Amazonía.

Estas experiencias me llevaron a investigar, primero al teatro como herramienta de comunicación intercultural y luego la relación entre teatro intercultural y la educación dialógica a partir de la perspectiva de Paulo Freire[2].

Al comenzar a buscar teorías sobre el tal teatro intercultural, encontré que las formas más divulgadas de de éste, de cierta manera, se limitan a procesos en los que se utiliza un texto creado en una cultura diferente; se mezclan manifestaciones culturales y estéticas diversas; o son experiencias en las que existe la participación de artistas de países diferentes que ofrecen sus propias manifestaciones culturales para la creación artística. Está visión está centrada en la producción de espectáculos y, en líneas generales, busca generar una estética exótica compuesta por elementos de culturas diferentes.

Existe un consenso sobre el hecho de que el intercambio entre manifestaciones culturales y específicamente teatrales, es tan antiguo como el teatro. Incluso hay autores que afirman que todo teatro es intercultural. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XX, se empezó a tratar del teatro intercultural principalmente debido a la influencia del contacto con estéticas orientales en algunos creadores teatrales europeos, desde Gordon Craig y Meyerhold, hasta Arianne Mnouchkine y Peter Brook. En esta línea, el término teatro intercultural se refería, básicamente, "a adoptar elementos de tradiciones teatrales extranjeras"[3].

Según Patrice Pavis "no se puede hablar del teatro intercultural como un género establecido o una categoría claramente definida, en todo caso, como un estilo o una práctica de juego teatral abierta a diversas fuentes culturales"[4]. Pavis añade que este teatro tiene una "preocupación por la confrontación, un intercambio o una hibridación de culturas diversas"[5].

Para Erika Ficher-Lichte, el término intercultural, en referencia al teatro, fue utilizado para generar la idea de que todos los países pueden relacionarse de igual a igual y por eso no resulta sorprendente que el término haya surgido en Occidente, que tiene el interés de generar la idea de que todos los países pueden relacionarse los unos con los otros en igualdad de condiciones. Sin embargo, resulta interesante para la autora que cuando se utiliza el término "intercultural" siempre tiene que ver con la mezcla entre algo occidental y algo no occidental[6].

En esta misma línea, Eugene Van Erven, figura importante de la teoría sobre teatro comunitario, afirma que la postura sobre teatro intercultural centrada en la creación de grandes espectáculos exóticos es mayoritaria:

Con excepción de las raras referencias al teatro grassroots (del pueblo), los estudios de la performance inter-cultural tienden a concentrarse en producciones abstractas meta-culturales del avant-garde internacional realizadas en locales prestigiosos de las grandes metrópolis y en los ejes de los grandes festivales internacionales que van desde Avignon vía Edimburgo hasta Adelaide y Los Ángeles[7] .

Nunca llegué a identificarme con este concepto de teatro intercultural, básicamente porque se funcamenta en la utilización de elementos estéticos de culturas distantes o exóticas que inclusive, en algunos casos, generó apropiaciones culturales. Esta práctica y el estudio sobre ella se desarrollaron, aparentemente, sin tomar en cuenta principios de los estudios sobre interculturalidad, principalmente el de la necesidad de producir un diálogo entre personas de culturas diferentes.

Propongo entonces que para pensar el teatro intercultural en el contexto latinoamericano pensemos primero en la historia del contacto entre culturas en esta región, principalmente a partir de la colonización europea, y, segundo, tengamos en cuenta los estudios sobre interculturalidad como búsqueda de diálogo.

Interculturalidad

Definir interculturalidad es una tarea compleja y dependiendo del contexto este concepto puede recibir significados diferentes. Esta puede ser interpretada como la relación entre culturas existentes; como la elaboración de propuestas que viabilicen la reducción de las asimetrías culturales que permitan la búsqueda de soluciones consensuadas o, inclusive, como "revalorización de identidades étnicas"[8]. Esta posibilidad de recibir interpretaciones diferentes hace que tengamos que estar conscientes de que cada persona que establece una relación intercultural puede tener una definición propia sobre la interculturalidad, y por eso "son éstos los llamados a la interpretación de lo intercultural, pero justo como sujetos implicados y no como objetos observados"[9].

Para la filósofa peruana Alessandra Dibós existen cinco elementos principales que constituyen el concepto de interculturalidad: su naturaleza inconclusa, su enfoque crítico de las estructuras de poder, su consciencia histórica, su disposición dialógica y su carácter solidario para con el otro [10]. La interacción entre estos elementos, en distintos grados permite que situaciones de interculturalidad puedan desarrollarse a partir de su carácter inconcluso y siempre desde el diálogo y la solidaridad, teniendo en cuenta el contexto particular en el cual la relación está dándose. Uno de los aspectos mencionados por Dibós que considero particularmente relevante es la crítica a las estructuras de poder que se expresa en asimetría e incluso en formas de opresión y discriminación.

Según el sociólogo Juan Ansión, la interculturalidad es la relación entre personas de culturas diferentes que genera intercambios que no necesariamente están libres de conflicto o asimetría: "independientemente del carácter conflictivo, violento o injusto de la relación, cuando se encuentran grupos de orígenes culturales distintos se produce aprendizaje - y aprendizaje de ambas partes"[11]. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que para lograr desarrollar la interculturalidad es necesario, al mismo tiempo, reducir las injusticias [12] porque en una relación de dominación u opresión el diálogo es inviable. Por otro lado, la interculturalidad no es una relación abstracta, ni siquiera es una relación entre culturas. Ella solo existe en la relación entre personas y la forma de relacionarse interculturalmente es el diálogo.

Sin embargo, para que se pueda desarrollar un intercambio basado en el respeto mutuo y la reciprocidad, tienen que existir condiciones mínimas de equivalencia entre los individuos de culturas diferentes. Esta es una de las principales preocupaciones de la educación intercultural en Latinoamérica, cuyos principios pueden ser muy útiles para pensar el teatro intercultural.

En este tipo de educación se encuentra la necesidad real de rescatar, reconocer y valorizar las identidades étnicas. Sin embargo, generalmente son las personas de las culturas subalternas - en el caso de América Latina, principalmente las culturas indígenas - las que tienen más competencia intercultural, o sea, capacidad de dialogar con personas de otras culturas, ya que son obligadas a interactuar y aprender los códigos de la cultura dominante. Por lo tanto, a pesar de que la educación intercultural en América Latina está principalmente dirigida a las poblaciones indígenas, se reconoce que, para construir una verdadera interculturalidad, es importante que los no indígenas, los miembros de la cultura hegemónica, también reciban una educación intercultural. Para Pilar Chinchayán esta debe "abordar la relación que existe entre lo indígena y lo no indígena, lo que a su vez implica necesariamente visibilizar los conflictos y la discriminación que subyacen a dichas relaciones y también las mutuas influencias" [13].

La interculturalidad entonces es el diálogo que se produce entre personas de diferentes culturas. Sin embargo en una sociedad en la que existe una cultura hegemónica y otras marginadas o discriminadas, el trabajo de la interculturalidad es generar las condiciones para que este diálogo pueda acontecer. En este sentido, el fortalecimiento de las identidades étnicas, la lucha contra la discriminación e injusticia, la crítica a las estructuras de poder, son también elementos vitales para pensar la interculturalidad.

Teatro intercultural y América Latina

Uno de los principales aspectos comunes entre los países latinoamericanos es el proceso de colonización europea y sus consecuencias hasta la época actual. Podemos pensar en América Latina como un espacio en el que conviven e interactúan muchas culturas diferentes y que están en permanente mudanza. Sin embargo, a pesar de esta transformación permanente, se puede afirmar que existe una continuidad en el hecho de que la hegemonía cultural y política aún está en manos de los herederos de la sociedad occidental europea y que las poblaciones indígenas autóctonas, junto con los descendientes de los negros africanos, aún hoy son consideradas como marginales. En palabras del profesor Juan Villegas:

Dentro de esta variedad, se destacan como supuestamente definitorias las culturas de los sectores que han poseído la hegemonía cultural. Esta hegemonía - fundada en lo político, lo económico o militar - se ha vinculado predominantemente con las culturas de origen europeo desde 1492. Coexisten con la hegemonía cultural europeizada, por lo menos, dos grandes sistemas culturales. Uno de origen indígena, y, otro, de tradición de ascendencia africana [14].

Las historias del teatro latinoamericano siempre han sido elaboradas desde la perspectiva de la cultura hegemónica. Inclusive, aquellos historiadores que reconocían la existencia de expresiones teatrales antes de la conquista encasillaban las manifestaciones escénicas dentro de los cánones europeos, lo que hizo que se limite su desarrollo. Para Miguel Rubio, director del grupo peruano Yuyachkani, el teatro quechua, por ejemplo, fue estudiado a partir del análisis del texto escrito, ignorando la riqueza y complejidad de la representación escénica y reduciéndolo a las categorías occidentales de comedia y tragedia: wanka y aranway[15].

En la época de la colonia tanto la iglesia católica como los gobernantes colonizadores desarrollaron un teatro utilizando expresiones artísticas de los nativos con el fin de evangelizar y transmitir los valores europeos[16]. Al mismo tiempo, los indígenas y los negros continuaban desarrollando experiencias escénicas propias, a veces de forma clandestina, y se apropiaban de las manifestaciones traídas por los europeos.

Desde los primeros tiempos de la colonia hubo, entonces, un intercambio de formas escénicas, sin embargo difícilmente podríamos llamar esto de teatro intercultural. Me explico: del lado de los europeos, la utilización de las formas escénicas indígenas tenía el objetivo de imponer valores e ideologías y, del otro lado, la incorporación de códigos europeos por parte de los indígenas era una estrategia de sobrevivencia de sus manifestaciones culturales.

Este panorama, más o menos, se mantuvo hasta el siglo XX. Ya bien entrada la república, las producciones europeas continuaban determinando la hegemonía cultural en Latinoamérica. Surgió sin embargo una preocupación por brindar a las poblaciones marginales el acceso a la 'alta cultura'. Esta concepción justificó llevar los 'clásicos' a los sectores marginales y poblaciones"[17]. Al mismo tiempo se desarrolló una "valorización" de las manifestaciones artísticas originarias, aunque presentadas "en una dimensión de primitivismo folclórico y folclorizante" [18].

Este breve recorrido muestra que históricamente en América Latina las poblaciones indígenas y sus manifestaciones culturales han vivido y viven marginalizadas con relación a la sociedad hegemónica. Esta realidad es el punto de partida para pensar la interculturalidad en nuestro contexto y, por lo mismo, debe tomarse en cuenta para pensar el teatro intercultural.

Partiendo del hecho de que la interculturalidad busca generar un diálogo entre personas de diferentes culturas, propongo que el teatro intercultural sea un espacio para poder generar este diálogo a través del arte. Según el investigador indio Rustom Bharucha, este proceso no se limita a la comprensión de otras culturas sino a la interacción entre ellas a través de las disciplinas y lenguajes específicos del teatro [19]. Siguiendo esa línea, creo que el teatro intercultural que necesitamos se relaciona con lo que Richard Schechner definió como Performance intercultural integradora, la cual

se basa en el principio de que personas de culturas diferentes pueden no solo trabajar juntas exitosamente, sino armonizar diferentes estéticas, sistemas sociales y de creencias, creando fusiones o híbridos que constituyen un todo unificado. Este no es el caso de una cultura o género performático absorbiendo o subyugando otros [.] sino de generar algo nuevo a partir de la base del respeto mutuo y la reciprocidad [20].

A pesar de que el término teatro intercultural estuvo o está asociado al proceso de utilización de textos o estéticas producidas en una cultura diferente, muy centrado inicialmente en las producciones europeas y extendiéndose después también a la utilización de estéticas y códigos occidentales en producciones asiáticas, por ejemplo, existe entre algunos autores, como ya mencioné, la idea de que el teatro es por esencia intercultural porque desde sus inicios se alimentó del intercambio estético entre culturas. Según la investigadora brasilera Camila Bauer, "en un marco escénico, podemos afirmar que el teatro es intercultural por naturaleza ya que todo su desarrollo como forma artística está marcado por influencias y elementos de diferentes tradiciones" [21]. Concuerdo con Bauer en el hecho de que el desarrollo de las tradiciones teatrales siempre ha recibido la influencia de estéticas "ajenas" a las de la cultura de origen, pero no estoy de acuerdo con llamar a este fenómeno intercultural porque, como ya mencioné, el diálogo que propone el principio intercultural no se puede establecer entre conceptos abstractos ni entre estéticas, sino entre personas. En ese sentido, solo puede existir teatro intercultural cuando hay un intercambio, un contacto, un diálogo entre personas a través del evento artístico.

Propongo entonces que el objetivo del teatro intercultural está relacionado, por un lado, al fortalecimiento de las identidades étnicas con el fin de generar las condiciones para permitir un diálogo en igualdad de condiciones entre individuos de culturas diferentes y, al mismo tiempo, establecer este diálogo entre personas de culturas diferentes a través de la experiencia teatral.

Tal vez resulte útil pensar en el teatro intercultural más como un evento que como una tendencia o marco de acción. El evento de teatro intercultural ocurre, entonces, cuando se produce un diálogo entre personas de culturas diferentes a través de la experiencia teatral. Este evento puede ser puntual, por ejemplo, con la presentación de una obra de un determinado contexto cultural en otro, siempre que haya una intención de diálogo. En este sentido, cuando una obra es utilizada para educar, concientizar o "llevar cultura", no se podría hablar de un evento de teatro intercultural. Existen eventos más extendidos como procesos creativos en los que se ven involucradas personas de diferentes culturas o inclusive procesos pedagógico-artísticos en los que participan personas de culturas diferentes. En estos casos, nuevamente, el carácter intercultural del evento dependerá de la intención de buscar el diálogo entre los involucrados en el proceso.

En Latinoamérica existen muchas experiencias que generaron o continúan generando eventos de teatro intercultural, a pesar de que tal vez sus practicantes no adopten este término. En Chile, por ejemplo, el Centro de Desarrollo Humano "Karukinká", dirigido por Rodolfo Nome, desarrolló el proyecto Encuentro de Cuatro Vientos en el que se buscó "recuperar el patrimonio cultural en cinco comunidades rurales de Chile, a través del traspaso de distintos recursos expresivos"[22]. De esta manera, a través del arte y principalmente del teatro, se buscaba rescatar las expresiones propias de cada comunidad. De las cinco comunidades se llegó a desarrollar el proyecto en tres: una comunidad en la isla de Chiloé, una comunidad de pescadores y la comunidad Mapuche de Kechukawin. Entre los principales ejes de desarrollo que busca Karukinká están "el fortalecimiento de la identidad cultural, el respeto y diálogo como base para la construcción de relaciones interculturales" [23].

Otras experiencias interesantes son las desarrolladas por el maestro Rafael Murillo Selva en Colombia y Honduras. El Bolívar Descalzo (Colombia) fue una experiencia en la que a partir de relatos de los campesinos de los Andes colombianos, Murillo creó junto con ellos una versión de la lucha de Simón Bolívar por la independencia de América; Está también la obra Loubavagu (Honduras) que fue creada con una comunidad garífuna de pescadores y campesinos a partir de su propia historia[24]. Estas dos experiencias, a primera vista tal vez no buscan generar un diálogo, sin embargo traen versiones alternativas de la historia que la sociedad hegemónica nos impone. En ese sentido, son experiencias que buscan fortalecer estas identidades y que podrían generar las condiciones para poder establecer un diálogo intercultural.

En el Perú, grupos importantes como Yuyachkani y Maguey, por ejemplo, desarrollan un intercambio permanente con poblaciones indígenas ya sea a través de creación de espectáculos o talleres. La estética de sus obras está impregnada de elementos de diversas culturas del Perú, que se presentan de manera orgánica y auténtica. En una línea semejante, grupos de la periferia de la ciudad de Lima como La Gran Marcha de los Muñecones oVichama, desarrollan un trabajo manteniendo las raíces andinas de los migrantes que poblaron esa parte de la ciudad. En el caso de Vichama, inclusive tienen una Escuela de Alfabetización Intercultural a través del arte.

Para concluir, propongo entonces que para pensar el teatro intercultural desde América Latina es necesario, por un lado tener en cuenta el contexto socio histórico de la región: colonización europea, marginalización y hasta persecución de manifestaciones escénicas indígenas y de afrodescendientes. Esto, desgraciadamente tiene secuelas hasta ahora y es por eso que no podemos ignorarlo. Por otro lado es importante pensar el teatro intercultural desde la propuesta de la interculturalidad, o sea, buscar reforzar las identidades étnicas, con cuestionamiento de las estructuras de poder, para poder generar diálogo entre personas de culturas diferentes.

Quisiera terminar este texto con palabras de Miguel Rubio que resume, de alguna manera, lo que creo que debemos buscar con el teatro intercultural en nuestra región:

La América Latina y el Caribe no es una sola: es indígena, es africana, es europea y es contemporánea, abierta a todas las prácticas escénicas del siglo XXI; nuestro teatro recorre el espíritu de los tres continentes y se alimenta culturalmente de esas tres raíces y con ellas dialoga en igualdad de condiciones con los teatros de todo el mundo[25].

REFERENCIAS

Ansión, Juan. 2007. "La interculturalidad y los desafíos de una nueva forma de ciudadanía". Educar en Ciudadanía Intercultural. Lima. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. p. 37 - 62.

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Benza, Rodrigo. 2011 "Temas y personajes marginales en el teatro peruano contemporáneo". Nosotros también somos peruanos. La marginación en el Perú. Siglo XVI a XXI. Colección Intertextos N°6. Estudios Generales Letras Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima. p. 405-432.

Bharucha, Rustom. 2000. The politics of cultural practice: thinking through theatre in an age of globalization. Hanover: Wesleyan University Press.

Chinchayán, Pilar. 2008. "Educación ciudadana intercultural como práctica pedagógica". Ciudadanía intercultural. Conceptos y pedagogías desde América Latina. Lima. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú. p. 235-255.

Dibós, Alessandra. 2005.Entre el ser y la nada: Interculturalidad en el Estado peruano. Un análisis del concepto y de la práctica constitucional y ejecutiva . Tesina para el grado de magíster en Estudios de Desarrollo, especialidad: Políticas Públicas y Administración Pública. Institute of Social Studies (ISS), La Haya-Holanda. Disponível em: http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/InterculturalidadADIBOS_RPcorto.pdf

Etxeberria, Xavier. 2001. "Derechos culturales e interculturalidad". INTERCULTURALIDAD: creación de un concepto y desarrollo de una actitud. Lima: Programa FORTE - PE. p. 17 - 38.

Fischer-Lichte, Erika; Bharucha, Rustom. 2011. Dialogue: Erika Fischer-Lichte and Rustom Bharucha. Textures: online platform for interweaving performance cultures. Disponible en: http://www.textures-platform.com/?p=1667.

Fornet-Betancourt, Raúl. 2002. "Lo intercultural: El problema de y con su definición". Interculturael. Barcelona. Fundació CIDOB.

Grande Rosales, M'Angeles. 1998. "Hacia un Teatro Global. Cultura e Identidad en el Teatro Contemporáneo". Teatro: revista de estudios teatrales N. 13-14. Alcalá. Universidad de Alcalá de Henares. pp 185-197. Disponible en: http://hdl.handle.net/10017/4637.

Nogueira, Marcia. 2013. Teatro na Comunidade: Conexões através do Atlântico. Florianópolis. Ed. da UDESC.

Pavis, Patrice. 1999. Dicionário de Teatro. São Paulo. Perspectiva.

Rubio, Miguel. 2013. "El teatro y nuestra América". Revista Cena, v.13,

Schechner, Richard. 2006. Performance Studies. An introduction. 2a ed. Pastow: Routledge,

Tubino, Fidel. 2003. Del interculturalismo funcional al interculturalismo crítico. Disponible en: http://red.pucp.edu.pe/ridei/temas/del-interculturalismo-funcional-al-interculturalismo-critico/ .

Van Erven, Eugene. 2001. Community Theatre. Routledge. London and New York.

Villegas, Juan. 2005. Historia Multicultural del Teatro y las Teatralidades en América Latina. Buenos Aires. Galerna.



[1] En la Amazonía peruana se considera mestizos a aquellos que no se reconocen como indígenas y que no hablan una lengua indígena, a pesar de que muchos de ellos puedan ser descendientes de indígenas.

[2] Entre el 2011 y 2013 realicé la tesis de maestría titulada O professor dialógico: um aprendizado a partir do teatro intercultural na Amazônia peruana en la Universidade do Estado de Santa Catarina (UDESC). Los textos de la tesis de licenciatura realizada en la Pontificia Universidad Católica de Perú en 2007 y la de la maestría y otros artículos sobre el tema están disponibles en www.rodrigobenza.blogspot.com.

[3] Grande Rosales. 1998. p. 186.

[4] Pavis, 1999, p. 210

[5] Ibid. p. 210 - 211

[6] Fischer-Lichte; Bharucha. 2011

[7] Van Erven, 2001, p. 248

[8] Tubino, 2003, p. 4.

[9] Fornet-Betancourt, 2002, p. 158.

[10] Dibós , 2005, p. 3.

[11] Ansión, 2007, p. 41-42.

[12] Etxeberria, 2001, p. 30.

[13] Chinchayán, 2008, p. 237),

[14] Villegas, 2005. p. 30 - 31

[15] Benza, 2011, p. 410

[16] Villegas, 2005.

[17] Ibid. p 157

[18] Ibid. p. 211

[19] Bharucha, 2000, p. 3

[20] Schechner 2006, p. 304

[21] Bauer, 2010, p. 76

[22] Centro de Desarrollo Humano "Karukinká". http://www.karukinka.org/cuatrovientos.htm.

[23] Plataforma puente Cultura viva comunitaria.

http://culturavivacomunitaria.org/cv/2012/06/karukinka/

[24] Ver Nogueira, 2013. Capítulo 1.

[25] Rubio, 2013.

 
 
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