Experimenta 17 Teatro. Encuentro Nacional e Internacional de Grupos. Rosario 2017.

Ana Seoane (UNA/UBA)

Un nuevo año, un nuevo festival con la permanencia y coherencia de un grupo como “El Rayo Misterioso” que confirma que los equipos teatrales existen, siempre y cuando mantengan sus principios. Llevan editadas más de cien revistas con el título de “Teatro, Truenos & Misterios” y subsisten con la inteligencia de los creadores.

Esta compañía encabeza y dirigida por Aldo El-Jatib con Sebastián Arriete, Yamil Barbero, Ada Cottu, Victoria Guercetti, María de los Ángeles Oliver, Exequiel Orteu, Yesica Pelicates, Gianina Rodríguez y Maywa Vargas presentaron en esta nueva edición dos de sus espectáculos. Fue desde el 7 al 13 de agosto y mantuvieron no sólo los talleres sino también los emblemáticos Encuentros tanto para las Revistas de Teatro, Directores de Festivales de Teatro como para los Críticos Teatrales.

Las mañanas estuvieron dedicadas desde las 10 hs. a dos Workshop (Lucas Mazzone de Italia y Mario Tenorio de Canadá/El Salvador) o talleres (Sebastián Arriete de Rosario). Todas las tardes, desde las 15 hs. hubo más talleres (Albemar Araujo, Brasil), charlas (Ivona Filipovic-Grcic de Croacia), conferencias-demostración (Aldo El-Jatib con parte de su compañía, Sebastián Arriete, Ada Cottu y María de los Ángeles Oliver) y presentación del libro Grotowski y Compañía de Ludwik Flaszen por Pablo Urruty de Buenos Aires. Los espectáculos elegidos para esta décima séptima edición del festival fueron tanto nacionales como internacionales. La compañía anfitriona, “El Rayo Misterioso” hizo funciones de Dionisos Aut y El fabuloso mundo de la tía Betty. También de Rosario participaron otros espectáculos como Carne de juguete de Gustavo Guirado, Cinco ficción física con dirección de Marcelo Díaz y Máquina Schreber por “La Estación”. Las presencias internacionales fueron dos: desde Canadá con elenco integrado por intérpretes de El Salvador, México y Venezuela llegó La noche de y desde Italia el grupo “Teatro Libero Palermo” estrenó Il  vizconte Dimezzato. Desde otras partes de Argentina llegaron el emblemático grupo mendocino “Cajamarca” con dirección de Víctor Arrojo con su Tiempo compartido y desde la provincia de Buenos Aires, Villa Gessell, otro equipo histórico –“Teatro Acción”- con Cortázar, texto y dirección de Eduardo Gilio. El cierre del festival este año fue para un grupo folklórico de Rosario con Danza en pie.

Cada noche, después de la función se abría una mesa de charla coordinada por el crítico rosarino Julio Cejas donde se analizaba la historia del grupo, técnicas teatrales y métodos de creación usados. Este diálogo entre críticos y creadores permitió conocer con más profundidad los procesos de gestación y las particularidades de cada espectáculo, para no quedarse fríamente con los resultados.

Cada Encuentro permite conocer distintas realidades, este año la presencia de la directora del festival Nová Dráma de Eslovaquia, Vladislava Fekete y la crítica teatral Zuzana Ulicianska. Ambas llegadas de Europa presentaron otras maneras de producir teatro con un apoyo notable por parte del Estado y una gran preocupación por la formación de nuevos críticos. Ambas compartieron sus experiencias tan distintas con la de nuestros países ya que en las mismas mesas estaban teatristas de Brasil y otras ciudades argentinas, como La Rioja, Santa Fe y Villa Gessell.

¿Qué diferencias se puede entablar entre este festival y otros que se realizan en el país? La distinción radica en que éste está gestando desde un grupo teatral, ellos no sólo organizan la llegada de cada elenco, sino también buscan autofinanciarse con algunos aportes del Municipio de Rosario, el gobierno de la Provincia de Santa Fe, el instituto Nacional del Teatro, el Centro de Cooperación de España pero a ellos le suman otras asociaciones y también pequeños negocios, incluso barriales con los que entablan canjes. Tampoco es frecuente en los festivales el espacio para la reflexión y la discusión de problemas teatrales, desde cómo se financian estos encuentros hasta cómo se lucha por más espacio para la crítica. Desde la gestación hasta la recepción, nada parece ajeno para estos creadores. 

Siempre se habla de las técnicas, están muy presentes y no sólo en las fotos de maestros como Grotowski, Meyerhold o Artaud. Hay una latente preocupación por mejorar cada día, una búsqueda de perfeccionamiento y de rigor. Cuando desde los Estados se buscan dividir a los grupos con políticas perfeccionadas para ello, este grupo en Rosario proclama y ejerce una conciencia distinta. Hay estudio, hay entrenamiento, hay congruencia. Cada uno de sus espectáculos lo ha demostrado. Con el último estreno El fabuloso mundo de la tía Betty la apuesta fue mayor porque se coló nuestro país, con nuestra oscura y propia historia. Desde lo individual a lo colectivo, de lo anecdótico a lo universal. “El Rayo Misterioso” en cada nueva edición de su festival repite aciertos. Los espectadores pueden objetar o no la selección pero en ella siempre encontrarán espectáculos nacionales e internacionales, donde mayoritariamente impera la idea de grupo, en su creación o en su pertenencia. También en cada edición presentan la posibilidad de inscribirse en talleres o cursos, con temáticas distintas pero siempre focalizadas en mejorar el nivel escénico a través de distintas miradas. Su coherencia marca un rumbo infrecuente en los teatros nacionales.