IUNA
 
 
número 11 | Mayo 2014
dossier 1. Teatro y Artes Queer
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Rindiendo honor al conflicto

Entrevista a Camila Sosa Villada, por Miguel Israilevich.

Camila Sosa Villada es una artista que redefine la actuación con cada trabajo que aborda. El teatro la vio nacer en Carnes Tolendas, retrato escénico de un travesti, bajo la dirección de María Palacios, donde la actriz lleva a escena su propia vida encadenándola con la obra de Federico García Lorca. También la vimos en cine protagonizando Mía, de Javier Van de Couter, luego en televisión, enLa viuda de Rafael y La celebración y nuevamente en teatro en Llórame un río, evocaciones dramáticas de Tita Merello y Billy Holiday. Además de ser actriz, canta y escribe, y, tal como dice el documental que se ha filmado sobre su vida, lo hace Desde el alma.

¿Qué tienen estos artistas que, como Camila, generan en el público una identificación tan profunda? ¿Por qué logran hacernos sentir que los conocemos como si fueran amigos íntimos cuando en realidad sólo vemos su mirada a través de una pantalla o arriba de un escenario? Sin duda es el don de trascender cualquier frontera. Fronteras de género, geográficas, generacionales... todas parecen desvanecerse cuando la entrega es absoluta. Camila podría ser vista como una artista "queer", pero es mucho más que eso. Camila es una artista con todas las letras y punto. Una artista como pocas que, rindiendo honor al conflicto, transforma las adversidades de la vida en generosas ofrendas a las musas más misteriosas.

¿Cómo fue el momento en el que te diste cuenta que querías ser actriz?

Fue cuando recibí mi primer paga después de una función en Carnes Tolendas. Ahí me picó el bichito de que podía llevar una vida así. y fui confirmándolo cuando pasó el tiempo y seguía cobrando por algo que sólo me daba placer hacer.

Entonces, yendo un poco más atrás, ¿cómo fue tu primer encuentro con el teatro?

Mmmm. no recuerdo la primer obra de teatro que vi pero sí recuerdo la primera vez que sentí que el teatro me atravesaba como una manifestación religiosa y fue en la obra Fiore de merda, del grupo La Noche en Vela dirigidos por Paco Giménez. Al ver esa obra yo entendí que es magia pura, es ceremonia, es un arte de supervivencia, dónde se sobrevive valiéndose de muy poco y donde se le rinde honor al conflicto. Mientras más hayan es mejor, mientras más imprevistos más vivo está. un arte que muta.

¿Creés que el arte cumple una función social?

Mmmm. Creo que todo cumple una función social. en todo caso el arte nos muestra un mundo que podría ser nuestro, ser bello, ser diferente, nos pone en evidencia, nos desnuda, nos identifica, nos salva, nos emociona, está al alcance de la mano. Es la confirmación de que el hombre a través de una expresión puede provocar en otros hombres sentimientos tan nobles como la compasión y la misericordia.

¿Y qué sería aquello que, entre todas las artes, sólo el teatro puede expresar?

Mmmm. El vértigo de lo inmediato, el presente. como la música en vivo. Algo que se nutre del presente.

¿Cómo fue el proceso de darte cuenta que empezabas a ser una actriz reconocida?

En realidad, me pasa y ya. voy por la calle, alguien me pellizca, yo pego un grito y me dicen "perdón Camila, te quería felicitar por tu trabajo." Y pasa. no fue un proceso, fue sólo procurar salir digna a la calle para que no me encuentren hecha una crota mis admiradores.

¿Sentís que eso cambia en algo tu forma de encarar el trabajo?

Lo que me sucede es que cada vez la presión por hacer las cosas bien, como yo creo que están bien, es mayor. Enorme, inconmensurable presión de dar lo mejor de una misma en cada trabajo. No es sencillo, pero eso suscita en mí un encuentro permanente con mi propia humanidad.

Entonces, al cambiar la mirada que los demás tienen de vos, ¿también cambia tu mirada sobre vos misma?

No. sobre mí no cambié mi mirada. en realidad en todo lo que he afrontado en la vida, siempre he sido igual de enferma, igual de perfeccionista.

¿Cómo fueron tus experiencias trabajando en Buenos Aires?

Siempre son buenas porque se aprende mucho. El contacto con otra gente, otra mirada sobre el oficio, siempre te da cintura, cancha, te entrena en tu manera de relacionarte con el trabajo y con tus compañeros. También son malas porque no estoy acostumbrada a esos ritmos urbanos, me adapto bien, pero el proceso de adaptación me lleva una o dos semanas de depresión y ataques de pánico.

¿Qué similitudes y diferencias notás respecto al trabajo en Córdoba?

En Buenos Aires generalmente, los actores sólo se ocupan de actuar o al menos en las experiencias que tuve. Acá en Córdoba somos actores, escenógrafos, directores, vestuaristas, productores, publicistas, público y pariente. Somos todo. Eso tiene su encanto, pero me sucede a mí que de cuando en cuando me doy el lujo de sólo actuar.

¿Elegirías Buenos Aires como ciudad para vivir en forma permanente?

No viviría en Buenos Aires de modo permanente porque no quiero terminar como muchos actores y actrices de mi generación que se pasan la vida yendo de casting a casting, para que los productores teatrales, de cine y televisión, siempre terminen llamando a los mismos destalentados y consagrados de siempre. Siento que hay poco lugar para una persona como yo en una ciudad como Buenos Aires (Córdoba no dista mucho, pero yo pude destacarme) porque el status generalmente no lo da el talento sino la facha, o la belleza, o la suerte. quién sabe. No, además tengo novio en Córdoba y el amor es el único obelisco que me sostiene cuando no tengo trabajo.

¿Cuáles son tus criterios de elección a la hora de participar de un proyecto?

Que me caliente. Que me plantee desafíos, que me llene de miedo y de dudas. Que me agote.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Como cierto cierto sólo dos: un unipersonal sobre y para Frida Kahlo, y El bello indiferente de Jean Cocteau. La primera en Córdoba y la segunda en la gran metrópolis. Ya ves, el teatro sigue siendo como los brazos de una madre, está siempre ahí.

¿Qué te calienta o qué desafío te plantea cada uno de ellos? Qué miedos y dudas te generan?

Lo nuevo siempre es un desafío. Hace mucho que no hago nuevas obras de teatro. La última la estrené en el 2011 y desde entonces, me he conformado con los imprevistos que sucedían en esas obras. Me calientan los personajes que atraviesan muchos estados de ánimo a lo largo de una obra, la sorpresa que generan en el público y lo que me generan a mí como actriz para resolverlos durante una escena. Miedos y dudas, las de siempre. gustará o no gustará? Podré hacer lo que tengo pensado o no podré?

¿Qué artistas son tus referentes?

Son muchos. Me gustan los artistas que sufren, como dice la canción brasilera: así como el poeta es bueno sólo si sufrió. Me gusta ese perfil torturado de ciertos artistas, y generalmente, y no al pedo soy travesti, son mujeres, Edith Piaf, Marguerite Duras, Billie Holiday, Tita Merello. En la actuación tengo referentes, Jeanne Moreau, Annie Girardot, Anna Magnani, Jessica Lange. Cecilia Rosseto, mmmm. Alicia Bruzzo. Son referentes porque son talentosas, sólo por eso. porque cuando actúan o cantan o escriben, siempre están en ese himen delicadísimo que separa la vida de la muerte.

También tenés experiencia como docente. ¿Qué buscás generar en los estudiantes que se acercan a tu espacio de formación?

En los estudiantes que hicieron el único taller que dí y daré en muuuuucho tiempo, lo único que quise despertar fue el amor por el oficio y el sentido de la responsabilidad de ser actor. creo que lo logré en uno o dos de todos los que fueron. Algo así como la abnegación de los actores orientales por el teatro nô y el kabuki. pero la docencia es ingrata, ser estudiante es ingrato, y el teatro no tiene tiempo ni corazón para las ingratitudes. Si las puertas están con llave, es imposible atravesar un espacio para ocupar otro.

 
 
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