IUNA


Analía Fedra García
Crédito Hernán Bello
 


Lorena Ballestrero
Crédito Antún Martín
 
 
 
número 13 | Junio 2016
dossier 1. Directoras
01. 02. 03. 04. 05. 06.      

Cómo saber pisar con fuerza para que se escuche. Entrevista a Analía Fedra García y Lorena Ballestreros

Federico Aguilar(UNA)

Este artículo se escribe a partir de la entrevista a dos directoras: Analía Fedra García y Lorena Ballestrero, ambas directoras jóvenes, pero que ya pisan fuerte en el medio teatral

Analía Fedra García es actriz, directora y docente. Inicia su formación artística estudiando música (violín, posteriormente canto) en el Conservatorio municipal Julián Aguirre de Banfield. Se forma como actriz en Andamio 90; luego se perfecciona con Juan Carlos Gené y Verónica Oddó, en el Celcit. Posteriormente realiza seminarios de técnicas corporales e interpretación con Verónica Oddó, Stella Galazzi y Diego Starosta, entre otros. Paralelamente estudia dirección escénica en el IUNA.

En el año 2005 gana una beca para asistir a seminarios intensivos de dirección escénica en la XIII edición de los Schillertage en Mannheim, Alemania. El Instituto Goethe, conjuntamente con el Instituto Internacional de Teatro (ITI), le otorga en el 2009 una beca para asistir durante el proceso de montaje y dirección de “Leonce y Lena” de Georg Büchner bajo la dirección de Jan Bosse, en el Teatro Maxim Gorki de Berlín en una coproducción con el teatro Schauspielhaus de Köln, Alemania.

Dirige diferentes obras entre las que se encuentran "Chiquito" de Luis Cano, “Camaradería” de autoría propia, “Las patas en la fuentes” de Leónidas Lamborghini, “Muchas felicidades” de Francisco "Paco" Urondo, “Greek” de Steven Berkoff, entre otras. Sus puestas fueron parte de diversos Festivales y también nominadas y galardonadas con diferentes premios

Actualmente se desempeña como docente de la UNA, en la materia dirección IV (Cátedra Luis Cano).

 

Lorena Ballestrero es directora teatral, actriz, docente de teatro. Licenciada en Dirección Escénica (Artes Dramáticas, UNA)

Dirigió"Baby" de Susan Sontag, "Conga!" de Luis Cano", "Polixena y La Cocinerita" de Alfonsina Storni, “Se fue con su padre" de Luis Cano, "El Cruce" de Marina Jurberg, "Nada Más" de autoría propia, para el ciclo “Teatro Bombón 6”. Sus espectáculos ganaron diversos premios y participaron de festivales tanto nacionales como internacionales.

Su último trabajo "Las Mutaciones", de Valeria Correa, en el Teatro del Abasto, fue nominado a los Premios Teatro XXI, temporadas 2014-2015, rubro Mejor Actriz y Mejor Especialización.

Es docente de Actuación, Dirección y Formación de Espectadores (para adolescentes y adultos) en distintos espacios privados y para la Fundación Teatro San Martín. Es docente en la materia Espacio Escénico (Artes Dramáticas, UNA. Cátedra de Rubén Szuchmacher).

Se llevaron a cabo una serie de preguntas que apuntaron no solo a conocer más sobre las directoras en el plano de lo artístico sino también a conocer su opinión sobre cómo dirigir en un mundo que, aunque cada vez menos, históricamente fue manejado por hombres

Ambas coincidieron que el teatro es un “lugar de encuentro”, Ballestrero nos dice además que este “tiene algo de lo inevitable, de lo que no se puede controlar ni prever del todo”. García agrega en este mismo sentido: “es un lugar para preguntarnos qué nos pasa a los seres humanos, elijo obras donde hay algo que es incomprensible, encontrarnos con eso que no se puede explicar es lo que me resulta más interesante en el teatro”

Nuestras entrevistadas nos cuentan como decidieron ser directoras: “Estudiaba biología en la UBA y un día que la vi a Alejandra Boero en la televisión, di un “volantazo”- nos dice García- y me puse a estudiar teatro. Hice los cuatro años en Andamio 90, luego con Juan Carlos Gené y varios cursos con Verónica Oddó. Cuando hacías las clases con Gené, si querías, podías actuar para los cursos que él daba de dirección, lo hice, ahí me despertó la curiosidad y me inscribí en el IUNA, ahora UNA, en la carrera de dirección. Desde chica estudié música, hice todo el conservatorio -con sonrisas- el violín me abandonó” y agrega “tenés que estudiar todo el día sola, por eso me gusta más el teatro, porque es un trabajo en grupo. La dirección se hace, en parte, en solitario pero también en grupo y después con el público”. Ballestrero nos manifiesta por su lado “Como actriz uno tiene que sumarse al proyecto que dirige otro y los mundos que se crean son mucha veces los mundos del otro. Yo empecé a querer armar mis propios mundos en la escena, por eso empecé a dirigir”.

En ambos casos suelen trabajar con materiales ya previamente escritos por dramaturgos, García nos confiesa: “Me lleva mucho tiempo el trabajo con el texto, por un lado con un rigor más analítico y después otro más intuitivo y azaroso jugando con dibujos, música, etc.”. En el caso de Ballestrero el mismo hecho de trabajar con dramaturgia previa de otros autores, hace “que la dirección de un material escrito por otro habrá nuevas posibilidades, diferentes cada vez”. Luego viene el encuentro con los actores donde Ballestrero “busca un nuevo tratamiento expresivo de estos, dado por el nuevo material que está dirigiendo”. García a su vez manifiesta que “es el momento de ir probando las hipótesis del trabajo previo y de ir combinando el trabajo solitario con el de los actores”.

Sobre los espectáculos y artistas que las marcaron nombraron a “Hugo Midón-en el caso de Ballestrero- que yo ya veía desde chica. También una obra que había visto en la secundaria, una puesta de “Decadencia” de Steven Berkoff dirigida por Szuchmacher. Sin saber todavía quien era Rubén, había algo de esa obra que tuvo que ver con el entusiasmo de hacer teatro. Hubo otra obra que vi en un Festival internacional, una obra brasilera que se llamaba “Ensayos sobre Hamlet”, creo. Era sobre una compañía que intentaba hacer “Hamlet”, y cada escena lo hacía de una manera diferente, entonces iban desde una actriz con un balde de agua hasta una escena con música y luces con mucha dinámica e intensidad, se probaban constantemente distintos recursos. Son importantes, asimismo, espectáculos que vi ya en video como los de Kantor, el Periférico de Objetos o Muñeca de Bartís, etc. Pero son obras que al verlas en video, las entiendo con la cabeza, con obras que vi en vivo el encuentro fue diferente”. Por su lado Analía nos dice: “Una vez vi a Leonor Manso haciendo unos poemas de Alfonsina Storni y otra vez a Cipe Lincovsky haciendo Madre Coraje de Bertolt Brecht. Fueron trabajos de gran intensidad, la misma que yo busco que sienta el espectador con mis obras, eso es lo que más interesa del teatro, lo que pasa con el público con esa obra, en esa función”

Las entrevistadas nos expresaron su opinión sobre el hecho de ser mujer en el rol de la dirección teatral. Ballestrero tiene “una sensación de no haber transitado esto como un problema” agrega “el mundo del teatro tiene muchísimos más directores que directoras con un reconocimiento importante, al igual que la sociedad en general. En lo personal, no fue un tema, no pensé si se me dificultaba por ser mujer, me enfocaba en conseguir lo que necesitaba. Sí, en el San Martín, debía explicar que era la directora, pero quizás era también por la juventud.” En el caso de García, la percepción sobre esta cuestión como dificultad es mucho más notoria: “No es fácil. Está habiendo, sin embargo, un cambio de paradigma en relación al trabajo en general. Igual hubo directoras que admiro como Inda Ledesma, Alejandra Boero y Laura Yusem… yo pago todos los derechos de piso donde quizás otros tienen un acceso más fluido, por lo menos es mi vivencia. También depende de los circuitos. A mí, productores de teatro comercial me dijeron que es muy difícil que una mujer dirija en este circuito porque es muy machista el medio. También se nota cuando te invitan a una charla para cumplir con el “cupo femenino”. Después lo que se impone es la obra, pero probablemente las mujeres necesitemos hacer un esfuerzo más” y finaliza “la dirección se la asocia al poder y hay quienes pelean ese lugar como si hubiera algo que no puede circular”

Al respecto del teatro actual en Capital coinciden en su mirada, Ballestrero nos dice “Puede sonar odioso, pero me parece que hay demasiado teatro, a veces hacemos demasiadas obras, el teatro profesional y el teatro amateur está todo mezclado en la misma bolsa, no sé si es mejor el panorama por la cantidad, por lo menos no así enredado, confunde a los espectadores, desilusiona a los que van al teatro y espanta a los espectadores”. García por su parte expresa “Es muy diverso, no llego a abarcarlo y eso que voy mucho al teatro. En lo que logro asistir, veo más réplicas siguiendo a alguien que investigaciones genuinas. Percibo también una excesiva necesidad de exposición, de salir rápido a la escena y todo está muy mezclado, obras de personas que hicieron un taller de un año ya salen a escena mezcladas con otras obras de elencos profesionales, el problema es cuando no están enmarcadas en una “muestra” o “una obra”, uno va a exigir de manera diferentes según los marcos”.

Vamos a decir, por último que coinciden también en tratar de “no repetir recetas” y que en cada obra aparece un nuevo desafió y una nueva faceta de ellas mismas, de los actores y del público.

Al finalizar la entrevista nos queda la sensación que son directoras que no solo circulan con destreza en el medio teatral, sino que además saben pisar con fuerza para que se las escuche.

Bibliografía:

Carreira, André. 2003. El teatro callejero en la Argentina y en el Brasil democráticos de la década del 80. Buenos Aires, Nueva Generación. .



[1] Remito al análisis de estas obras realizado por Denise Cobello en www.territorio teatral N°9

[2] Parto del relato que el propio Carreira me hizo cuando lo estaba produciendo

 
 
http://dramaticas.una.edu.ar/ www.territorioteatral.org.ar / revista digital / publicación semestral
Departamento de Artes Dramáticas - UNA / French 3614 / 1425 / Buenos Aires Argentina /
ISSN 1851 - 0361