Entrevista a Ana Alvarado
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¿Cuál fue la idea de Spa Conceptual?
Ana
Alvarado – Desde 1995 dicto talleres de Teatro de Objetos en distintos
estudios. A esos talleres viene gente con diferentes formaciones: actores,
escenógrafos, titiriteros, especialistas en multimedia. Hacemos entrenamiento
en actuación y también reflexión conceptual a partir de los objetos. El Spa
Conceptual lo hice con uno de esos grupos. Los integrantes estuvieron mucho
tiempo formándose conmigo, me interesaban como grupo y les propuse hacer un
trabajo. En ese momento estábamos estudiando Duchamp y mi idea fue cómo
actualizarlo. Les pregunté sobre qué querían hablar. En ese momento (2006) se
hacía mucho hincapié en el tema del cuerpo y se ironizaba. Eso les interesaba. Spa
Conceptual nace del matrimonio de Duchamp y los spa reales. Lo primero que
utilizamos fueron máquinas, retrabajando objetos del spa, lo que luego se iba a
exponer: los escaladores, las máquinas para acariciarse las manos, etc. Todo lo
hicieron esos mismos alumnos del taller. Eran objetos irónicos pero al mismo
tiempo reflejaban el aislamiento y la soledad. Ir al spa para estar bien sin
establecer contacto. Por el contrario, en nuestro spa se buscó que las máquinas
propusieran relaciones. Las máquinas eran instalaciones y estaban allí para que
el público las usara.
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¿Cómo apareció la intervención corporal(un figura femenina de
espaldas, desnuda, sentada, un cuerpo al que se le podían hacer inscripciones)
?
AA – Para
mí era una máquina más, una máquina humana con la que el público podía
establecer contacto a través de la escritura. Siempre hay una relación
cuerpo-objeto. Las máquinas se relacionaban con el cuerpo del público. Los
espectadores se desplazaban entre las máquinas, miraban los objetos expuestos y
asistían a la parte más teatral, los monólogos en el espacio escénico. Esos
monólogos también los escribieron los integrantes del grupo. Muchas veces se
cambiaba por completo el tono original de la idea. Por ejemplo, un episodio
neurológico terminaba transformado en algo disparatado. O a veces había algún
homenaje a través de algún elemento: un actor aparecía vestido como lo hacía
Joseph Beuys pero lo que decía no tenía que ver con él.
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¿Este es tu camino actual en el tratamiento de objetos?
AA – No
sé. Creo que era una cuenta pendiente que tenía con las artes visuales y
teatrales. Creo que Spa conceptual fue un homenaje
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¿Por qué decís “cuenta pendiente con las artes teatrales”?
AA – Porque
era una performance. Porque no había fronteras entre público, actores,
máquinas. El público y los actores hablaban.
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Pero no es lo común en teatro
AA – Ah,
no, yo hablo de mí. Lo común es teatro de texto. Yo estoy dirigiendo ahora una
obra de un autor alemán pero esto es otra experiencia.
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En teatro la performance no es tan común
AA – Yo
tengo una formación plástica. Pero en teatro…
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¿Por qué otorgarle el lugar de la performance sólo a las artes
visuales? Tiene una fuerte carga de teatralidad. Hay un teatro performático que
suele ser de ruptura.
AA – En
el Spa Conceptual cada experiencia era diferente. La ruptura pasaba.
Estaba planteado como performático.
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Como fue Manifiesto de Niños
AA – Manifiesto
tiene una estructura fija, una caja con muros exteriores con fotos y
películas y adentro los actores más las proyecciones exteriores. El público
está incitado a participar de distintas maneras.
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¿Cómo es el segundo espectáculo que realizaste con un grupo de
taller?
AA - Spa
Conceptual y el último espectáculo, Visible, tienen un eje común:
soledad e incomunicación.
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¿Cuáles son las diferencias de Visible con Spa Conceptual?
AA - Visible
se presentó en 2008 en Tecnoescena en el Centro Cultural Recoleta. La pregunta
que lo originó fue qué es y qué relación real o virtual establece el objeto
tecnológico. El problema es que se puede poner obsoleto muy rápido. En el
espectáculo aparece Windows, chateo, el idioma del celular. Ahora repito cuatro
funciones iguales a las del 2008 pero si vuelvo a hacerlo más adelante, sólo en
unos pocos meses, tengo que agregar Facebook. La mirada sobre los objetos es
ésta y también hay objetos analógicos de tecnologías obsoletas para generar
algo nuevo (mouse con rueditas, scanner con una cabeza que habla). Jorge Crowe,
uno de los actores y quien hizo el diseño y realización tecnológica explicó así
su labor: “Lo que hice, básicamente es transformar objetos cotidianos
(generalmente obsoletos tecnológicamente como un walkman, una cámara
fotográfica de rollo, un teléfono con campana) en interfaces físicas (el
teclado y el mouse son interfaces físicas tradicionales) para comunicarse con
la computadora. El programa utilizado es processing. Es un programa de descarga
gratuita y open source (fuente abierta) lo que significa que cualquiera puede
modificarlo, mejorarlo, ampliar sus posibilidades”. Tomamos mucho material de
lo que la gente joven usa. Hay tres actores que hablan como en un chateo. Todo
transcurre en un escenario. Los textos los escribió Ana Laura Suárez Cassino.
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¿Cómo es el espacio?
AA –
Grande. En Recoleta estuvimos en la sala Villa Villa y ahora vamos a hacer las
funciones en el Centro Cultural Carlos Gardel. El espacio escénico es una
pantalla de computadora ampliada y se trabaja con un vestuario de
desnudo/vestido. La música también está generada por computadora. Jugamos
también con otras cosas: la escena principal está interrumpida, la obra en
algún momento se resetea.