- Vos habías dedicado performances a Arlt, a Borges, a Cortazar. Siempre te interesó mucho llevar la literatura a la performance.
Yo viví diez años en México muy joven. Cuando volví, para reencontrarme con la Argentina, lo hice por la literatura, porque yo estudié Letras. Empecé con esos autores y después con los contemporáneos, he trabajado Aira, me encanta César Aira.
- ¿Hiciste una performance con la obra de Aira?
Si, claro
- Pero ésa no la hiciste pública
La hice en el Rojas pero solamente para Aira y su compañera. Con Marechal también hice. Yo primero leo, leo, leo y después voy definiendo cuál es el lugar que voy a intervenir. En Córdoba me dieron una estación de trenes. Fue para el Festival del 2005, creo. Fue alucinante porque puse todo lo rural: las comidas, el alcohol, la muerte, las esperas. Y lo urbano del Adán Buenosayres lo hice en un hotel de acá, de Buenos Aires, Boquitas pintadas. Eran sólo actores que hacían papeles femeninos. La literatura siempre es el foco. Después siempre están los músicos en vivo. Me di cuenta que en todos estos años de dar clases en el Rojas la literatura fue un hito.
- ¿Cómo fue hacer Artefactos?
Cortázar tenía que ser una casa. Me ofrecieron primero otro museo, no me gustó. Entonces me hablaron del Museo Roca, una casa de clase media adinerada. Era una casa decadente, como yo necesitaba. Me llevé muy bien con la directora, cordobesa como yo. Los alumnos se entusiamaron, era una manera rápida de aprender. Tienen una dramaturgia, tienen un espacio encontrado y ellos van armando allí pero están acotados. No es cualquier cosa en cualquier lugar. En las funciones iba mucha gente y yo me enfermé y no pude ir a todas. Ellos aprendieron a estar solos, a encontrarse con sesenta espectadores. Ahora vamos a estar en una feria universitaria en el Borges y me toca hacerlo en un escenario convencional, a la italiana y se enfermaron las dos músicas.
- Cambia completamente la obra
Sí, cambia completamente y yo tengo que tener la suficiente rapidez para pensar otra estrategia. Voy a marcar en la caja negra el plano de una casa.
- ¿Cuánto tiempo ensayaron?
Una vez a la semana dos horas. Los tiempos del Rojas. Nada.
- ¿Pero este año empezaron?
No, empecé a mostrarles el texto el año pasado. Pero tienen esa cosa argentina que lo último que aprenden es el texto. Fueron veintisiete clases. Bastante bien. Lo lograron. Lo pedagógico es muy importante y me doy cuenta que cuando yo armo un grupo la columna vertebral es la solidaridad, el abrirse, el brindar y recibir. Nunca pude estar en el establishment.
- En varias de la obras que vi, en el Borges de la casa natal, en el Borges del museo, en ésta, la obra se hacía con el público.
Siempre está en la dramaturgia.
- Por eso yo lo pongo como teatro relacional en el concepto de Nicolás Bourriaud, el público es funcional a la creatividad de la obra.
Sí, estoy de acuerdo. En este caso el cuento Artefactos de Cortázar en el que está el cadalso en el jardín y los vecinos espían para ver como se va muriendo la familia fue el que me dio idea de la dramaturgia. Es decir, la dramaturgia no es colectiva. La dramaturgia colectiva la hice en Córdoba cuando estaba en el grupo con Paco Giménez y los demás y sosteníamos eso, pero acá doy clases. Hasta que no encontré la casa no pude empezar a trabajar la obra. Mi centro es la pedagogía y quiero escribir sobre eso.
- ¿En esta concepción tuya de la performance es que vos incorporás el público?
Son varias cosas: una, la investigación. No hay "performancia" sin investigación, se arma un grupo, una "comunidad", algo, que todo entra en la misma dimensión en el sentido de que todos estudian, todos investigan, todos se forman. En el espacio escénico -yo le llamo "teatro de sobrevivencia" porque es lo que encuentro- los alumnos aprenden historia, arquitectura, por lo menos de los lugares en los que he hecho las obras.
- En la obra nadie conduce al público, eso es lo interesante, se le dan pocas indicaciones y los espectadores rápidamente operan como los vecinos, caminan, comienzan a hablar. Se le presentan opciones y eligen qué seguir. Lo mismo pasaba en la performance de Borges del Museo Etnográfico.
Lo único que no son en simultáneo son los textos, no se superponen.
- El público entra rápidamente en las convenciones. Se le dice : "Vamos vecinos" y los espectadores se sienten naturalmente vecinos. La obra se hace entre todos. Eso les debe dar una gran tranquilidad a los actores.
Les cuesta, les cuesta porque les da pavor.
- El miedo a qué me van a decir, qué van a hacer
Prácticamente el estreno fue el ensayo general, no me daban la casa antes. Yo les decía: "Chicos, hay que ir por su cuenta, mirar el lugar, las escenas se hacen virtualmente". El entrenamiento tiene que ver con eso, el punto fijo, la mirada periférica, estoy acá y tengo que hacer un giro inmediato para panear todo, tiene que ver con una manera de aprendizaje.
- La verdad es que lo hacen muy bien
Si, yo estoy contenta porque les falta todavía la cuestión de la voz pero bueno, todo no se puede, es demasiado. Ellos tienen un acercamiento a la literatura de Cortázar, todos leyeron, se fueron a comprar libros.
-Se les nota un dominio del autor y del material
Acá no aprenden por pie de texto, aprenden por sentido. Son monólogos que después se juntan y son diálogos.
Qué bueno que se vea eso.