Amílcar Borges de Barros, Dramaturgia Corporal (Acercamiento y distanciamiento hacia la acción y la escenificación corporal), Santiago, Editorial Cuarto Propio, 2011.
Daniela Berlante (IUNA/UBA)
Actor, director, investigador teatral, académico del Departamento de Danza y del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile y de la Universidad
Finis Terrae, Amílcar Borges de Barros despliega en este libro la problemática de la corporalidad en escena. El cuerpo -sostiene- contiene los
procedimientos con los cuales la expresión, la impresión y el archivo articulan la aparición de la presencia en los dispositivos del lenguaje escénico. Lo
archivable se inscribe como una enunciación de la historicidad del cuerpo del propio artista. La corporalidad es para Borges de Barros una producción
escénica que -dialéctica- se ramifica en una variedad de soportes artísticos que configuran "dislocaciones e interpenetraciones sociales, económicas,
políticas y culturales". La escenificación corporal da cuenta entonces de la ideología a partir de la cual el cuerpo humano es abordado.
El autor se ocupa también de la relación existente entre mirada y espacialidad porque entiende que explorarlas desde la acción permitiría revisar las
convenciones que subyacen tanto en la formación corporal del actor, como en la relación entre el espectador y la puesta en escena. Para ello diferencia las
nociones de espacio y de lugar.
Por lo demás, si hasta hace poco tiempo los referentes de la teoría teatral pasaban por el dramaturgo, el actor, la puesta en escena y el director, Borges
de Barros le incorpora el factor cuerpo en su condición múltiple: fisiológico, sagrado, etnológico, biológico, estético, activista o ausente, y lo hace
cuestionando vivamente el empleo de las técnicas en la formación de actores, por entender que las mismas se rigen por los principios del adiestramiento
estético y la equivalencia mimética, cuando de lo que se trata es de desplazar la imagen del cuerpo estratificado para abordarlo como un dispositivo
dinámico y relacional. En este sentido los procedimientos en la formación del actor -afirma - deberían sostener relaciones transversales e
interdisciplinarias que aborden la corporalidad "como potencia de acción rizomática para desterritorializar la tradición epigonal de la acción
dramatúrgica"
Es posible que aquellos que imparten un tipo de pedagogía codificada en la habilidad y destrezas corporales se vean afectados por estas consideraciones. No
obstante puede resultar una estrategia legítima para impulsar el cambio.
Por último, en la aguda observación de Borges de Barros, para quien la ausencia de una historia sistematizada del cuerpo escénico obedece a la dificultad
de poner en palabras el dinamismo de la experiencia intercorporal, podría residir la clave de lectura de este ensayo: contra la resistencia que opone la
dimensión escrita, contra la separación entre práctica y teoría Dramaturgia Corporal se revela como un intento por salvar la brecha.