Sobre textos de Marcelo Arredondo y Charly Wesenack
Dramaturgia y dirección: Diana Valiela
Elenco: Marcelo Arredondo, Charly Wesenack
Diseño de luces: Diana Valiela
Asistencia de dirección: Ana Bravo
Camarín de las Musas

Estrenado el año pasado (2014) en el teatro "Cara a Cara" vuelve a tener otro escenario, ahora en el "Camarín de las Musas", esta nueva obra de Diana Valiela. Como dramaturga se introduce en el mundo masculino, plagado de términos de fútbol y por eso reconoce el aporte y colaboración de sus dos actores. No sólo está presente ese universo sino que busca iluminar las dificultades de quienes dejan sus provincias.

El texto dramático escrito por Valiela se vale de muy pocas palabras, es como si confiara en la intuición de directores e intérpretes. Cuando ella misma traslada su ficción al espacio opta por el despojamiento. Recurre a mínimos elementos, es como si los pesares de estas criaturas bastaran para llenar el escenario. Dos hombres solitarios y casi antagonistas en sus personalidades - el silencioso vs. el locuaz, el del Chaco vs. el porteño- se encuentran y ahí se va destejiendo el pasado de cada uno.

Valiela propone desde su dramaturgia que el inconsciente de uno de sus protagonistas se escuche en off, los espectadores son partícipes de lo que pasa por su cabeza, casi como un fluir y este traslado al espacio escénico consigue un rasgo inquietante.

Como directora expone a su elenco a un total despojamiento, manteniendo la cámara negra de la sala del teatro y sólo introduce mínimos objetos (una mesa, una silla) por lo cual sus actores deberán conectarse sin intermediarios. No les da ningún elemento para apoyarse y de esta prueba de fuego salen ilesos tanto Marcelo Arredondo como Charly Wesenack. Es a Wesenack a quien le tocó componer a este trabajador chaqueño y lo hace desde una hosquedad intensa, sin perder nunca su forma particular en el habla. Consigue un acento suave lo que le da aún mayor credibilidad, ya que la puesta en escena sólo interrumpe las huellas del realismo con la voz en off que introduce.

Este espectáculo buscó iluminar el mundo de los perdedores, esta vez no son los inmigrantes que poblaron los escenarios de comienzos del siglo XX sino los otros, los que llegan desde la misma entraña de la Argentina. Valiela parece seguir un camino que transitaron grandes nombres como el de Samuel Eichelbaum, pero su escritura dramática se aleja del psicologismo y opta por el despojamiento. La otra changa no busca elementos técnicos para emocionar, sino que se teatralidad está centrada en los trabajos interpretativos y allí reside su mayor acierto, porque es en ese plano donde más se acerca al público, con la emoción y sin caer en golpes bajos, que no los necesita.