(UNA/UBA)
Grupo Hua Guo Shan
Escrita y dirigida por Ignacio Huang
Titiriteros: Julieta Viveros, Florencia Hardoy, Ricardo Lista y Fernando Suárez. Percusionista: Eleonora Yang.
Realización de retablo: Grupo Hua Guo Shan
Realización de títeres: Ignacio Huang y Ricardo Lista
Música original: José Luis Beriol
Diseño de luces: Florencia Hardoy
Asesoramiento Cultural: Roxana Huang
Fotografía y filmación: Lina Acevedo.
Centro Cultural de la Cooperación.
Es éste el primer espectáculo que presenta el "Grupo Hua Guo Shan" quienes buscaron trasladar a Buenos Aires los tradicionales títeres chinos. Este es un
arte popular, creado por artistas callejeros en el siglo XVII, que más tarde llegó desde China a la isla de Taiwán, como se detalla en el programa de mano.
En este caso el director Ignacio Huang, adaptó uno de los numerosos capítulos que tiene la novela mitológica y anónima de China, que algunos traducen como Peregrinación al Oeste, mientras que otros optan por Viaje al Oeste. Son cuatro las novelas clásicas en este país de Oriente y la primera
edición de ésta data de 1590, posteriormente se creyó que Wu Cheng'en fue su autor. Son muy conocidas estas aventuras que vive el monje Xuanzang cuando se
dirige a la India buscando textos sagrados, lo acompañan seres inmortales como lo son el mono Sun Wukong, el cerdo Zho Wuneng y un tercero que recibe el
nombre de Sha Seng. Fueron trasladas estas historias tanto al cine, en series de televisión, como en dibujos animados y juegos.
Con esta historia Ignacio Huang buscó rendirle homenaje a su origen, ya que él nació y su familia proviene de Taiwán, donde este tipo de teatralidad con
pequeños títeres es muy popular. Reprodujo el tablado con las mismas características que él recordaba que tenían en China: ocultar a los titiriteros y
presentar en un costado transparencias que suman secuencias al relato.
Los títeres son de pequeño formato, no superando los cuarenta centímetros, con pies y manos de madera, tienen en sus rostros los dibujos más
característicos de China, herederos de los tipos de la ópera de Pekín. Se les observa una movilidad diferente a la que tuvieron que adaptarse los
manipuladores nacionales, ya que en Oriente los títeres pueden saltar como aquí se reproduce.
Tanto Julieta Viveros, Florencia Hardoy, Ricardo Lista como Fernando Suárez tienen una muy importante trayectoria como titiriteros y se adaptaron a esta
técnica. Consiguieron darles vida a todos los protagonistas así como también a los papeles más secundarios de esta historia no sólo en sus movimientos sino
también con los matices que le imprimen a sus voces. La versión de Ignacio Huang recorre los dos mundos, hay algunas palabras en chino, mínimas, pero que
servirán de guiño para la comunidad que vive en nuestra ciudad y también el otro público se encontrará con los tonos propios de los porteños.
Es una propuesta que traspasa los límites de las edades, ya que al presentar una tradición alejada a la nuestra se abre un mundo diferente sin necesidad de
viajar. Tal vez para los espectadores nacionales sea la música lo más distanciador. Siguiendo las premisas de Oriente la percusionista está allí - Eleonora
Yang - se la ve, siguiendo atenta los movimientos, golpes y andanzas de estos protagonistas de madera y tela. Cada sonido es importante para sumar datos a
la historia, plagada de golpes, aventuras, apariciones y desapariciones. También se suma algo de humo, ya que los seres maléficos suelen asociarse con él.
Con esta propuesta parece iniciarse un camino, en realidad un puente artístico entre dos culturas tan distintas como la de Oriente y Occidente. Es Ignacio
Huang, representante teatral de ambas quien decidió iniciar este sendero para que ambos mundos puedan convivir escénicamente. El espectáculo es una
invitación a conocer técnicas e historias hasta este momento muy poco conocidas entre los argentinos.