La justa memoria (sobre Acaso crezca desde el suelo...)
Liliana B. López (IUNA)
Dramaturgia: Ana Rodríguez Arana y Sergio Sabater.
Intérpretes: Pablo Bossi, Pablo Garrido, Héctor Raubert, Ana Rodríguez
Arana y Patricia Carbonari.
Asistencia de sala y proyección: Alejandra Corral
Realización escenográfica: Germán Añón Barros/Guillermo Cardoso
Edición fotográfica: Alejandra Corral/Pehuén Stordeur
Realización de la obra plástica: Álvaro Urzagasti
Música original: Gustavo Toker
Asistencia de dirección: Emilia Goity
Diseño de iluminación: Pehuén Stordeur
Escenografía y vestuario: Laura Cardoso
Dirección: Sergio Sabater.
La materia de la que se compone Acaso crezca desde el suelo…
es heterogénea. Por un lado, un texto del dramaturgo alemán Heiner Müller, titulado
Descripción de un cuadro. Por otro, la Historia, que se recompone a través
del acontecimiento de una vida, la de Rosa Luxemburg. Ambas series se interconectan
mediante la presentación, que instala a los espectadores en un museo, un espacio
que puede contener tanto objetos estéticos, como erigirse en un modo de representación
del pasado en la exhibición pública de objetos, imágenes, documentos.
La escena congelada del cuadro que describe la obra de Müller,
se reproduce en una realización plástica de Álvaro Urzagasti; pero también se despliega
en la acción escénica, diseminando y multiplicando posiblidades. En el cuadro aparecen
un hombre, una mujer y un pájaro: ¿por qué la ignota figura femenina no podría devenir
en la militante socialista Rosa Luxemburg? La ficcionalización teatral de la Historia
lo permite, y Rosa Luxemburg, en la piel de Ana Rodríguez Arana, sale de su tumba
para contar el relato fragmentado de su propia vida.
En esa restitución, el espectador vislumbra una parte de los acontecimientos
que sacudieron el siglo XX: la revuelta rusa de 1905, el espartaquismo, la Primera
guerra mundial, la revolución bolchevique de 1917. Un cuerpo que escapa del plano
del cuadro, un cuerpo que desafía la muerte por unos instantes, para dar nuevamente
su tiempo, una vida hecha de estudio, lucha y desafíos. Rosa joven, iniciándose
en la militancia. Rosa presa. Rosa, de regreso a la acción política. Rosa nuevamente
detenida, rumbo a la ejecución.
Para que esto fuera posible, la puesta en escena construyó una
poética interrelación artística, donde los lenguajes del espectáculo colaboraron
en una formulación de entramado armonioso, y a la vez, de ascética síntesis. Los
objetos se multiplican al cambiar de función, la música sitúa y emociona, las fotografías
remiten al umbral de un siglo que anticipaba despotismos y horrores ilimitados.
Un jardín en la prisión, una bandera roja al viento, los acordes
de una marcha, restituyen una poesía que parecía imposible: el tiempo petrificado
del museo, en la puesta en escena, deviene tiempo vivo, actualizado, un tiempo de
rememoración, y también, de conmemoración.
El tiempo es un desafío para la Historia y para la institución
museo, como discurso y lugar de memoria, respectivamente. En Acaso crezca desde el
suelo…, se descifra mediante el arte del teatro, lugar de la repetición,
que mientras transcurre hace posible la inmortalidad.