La obra constituye una descripción detallada de las experiencias de la autora en el terreno de la antropología teatral. Siguiendo las enseñanzas previas de los discípulos de Jerzy Grotowski en Italia, Brasil, Cuba, Alemania y Argentina y más específicamente los trabajos de investigación de los rituales de las culturas antiguas, realizados por Eugenio Barba, Sanchez se propuso realizar el estudio de las culturas originales de América. Su vinculación con actores del Odin Teatret de Dinamarca, completaron la base académica a partir de la cual proyectó sus propias experiencias en el terreno del estudio de los rituales y su relación con el hecho teatral.

La base del trabajo se encuentra en la interrelación establecida entre actores y los habitantes de diversas comunidades de pueblos originarios. Estos encuentros, materializados en diversos talleres, constituyeron un ciclo denominado "El arte, el cuerpo y el ritual", tal como el libro en el que se sintetizan las intervenciones cumplidas. Diariamente se realizaba un entrenamiento mediante el cual se ensayaba la dramaturgia, expresiva de sistemas de simbolización, a través del movimiento, la música y el gesto. La tarea del grupo actoral consistía en la resignificación del hecho arquetípico encarnado en la ritualidad ancestral del pueblo estudiado.

La labor se cumplió en diversas comunidades nacionales y extranjeras, tal como la experiencia desarrollada en Cuba donde se trabajó con el grupo "El Cabildo de Santiago de Cuba", realizando un proceso de estudio de las características culturales de comunidades locales. Otros trabajos se realizaron en el Uruguay.

La experiencia aparece en el libro sintetizada en la realización de siete talleres que se extienden desde febrero de 1997 hasta mayo de 2001 y que, a través de una detallada descripción, permiten ejemplificar la metodología de estudio y de expresión de los contenidos del proyecto originario.

El punto de partida de los estudios fue la comunidad de Amaicha del Valle de Tucumán donde residen grupos calchaquíes. En este caso se tomó como elemento referencial la ceremonia de ofrendas a la Madre Tierra, festividad realizada en el mes de febrero conjuntamente con el carnaval. La estructuración del trabajo, que implica la convocatoria de diferentes participantes externos, comenzó con la presencia de una investigadora local, conocedora de los rituales y la reunión de observadores procedentes de diversas provincias argentinas y del Brasil, Paraguay y Uruguay. El objetivo fue el de establecer un diálogo entre culturas diversas, investigar e incorporar en la práctica del taller elementos de la ritualidad para su posible utilización en la génesis del hecho teatral. Se cumplió el objetivo propuesto mediante la creación de un producto artístico final, testimonial de la interrelación de diversos grupos culturales.

Esta metodología de análisis y experimentación, materializada en los seis talleres restantes, cuya detallada descripción se realiza en la obra, permite a la autora comunicar su experiencia en el camino de la integración de los estudios antropológicos y los de la dramaturgia entendida, en este caso, como resignificación de la ritualidad ancestral. El hecho teatral se convierte, de esta manera y en determinadas circunstancias, en un vehículo de conservación y difusión cultural.