Modestamente con Bombos y Platillos. Identidad popular con ecos de circo criollo
y resonancias de Juan Moreira
Ana G. Yukelson (Universidad Nacional de Córdoba)
Cuando el teatro independiente cordobés muestra en la actualidad una marcada retracción
y un desplazamiento de los espectáculos de creación colectiva – devenidos a partir
de los ´90 en colectivos teatrales o teatros de grupos- a espectáculos concebidos
como proyectos concertados (Yukelson, 2006), el Colectivo Teatral Cirulaxia Contra
Ataca, con diecisiete años de trayectoria
1 da una muestra más de resistencia
y afianzamiento en la tradición teatral.
Desde sus inicios, allá por 1989, en plena crisis económica, sus integrantes, en
su mayoría egresados del Seminario Provincial de Teatro "Jolie Libois", sentían
que tenían pocos referentes en los cuales mirarse y estar contenidos o interpretados.
El campo teatral mostraba la disolución de los grupos más consolidados y para ellos,
tal como lo expresa el actor José Luis de la Fuente (Scher, 2005:5):
Pensar en la profesionalización era una utopía sobre todo desde
el interior del país y sin más ganas y recursos que los nuestros.
Esta es la respuesta que los cirulaxias brindan ante preguntas
sobre porqué agruparse y permanecer juntos. Su nombre mismo es otra respuesta a
su espíritu de resistencia. En forma anecdótica sus integrantes recuerdan que el
primer nombre que surgió fue Guerra de las Galaxias, pero finalmente
terminó siendo Cirulaxia, denominación que corresponde a un laxante vegetal.
Los cirulaxias consideraron que en una época de hiperinflación como la que
vivimos los argentinos todos estábamos siendo purgados. Contra Ataca estuvo
motivado por la casi desaparición de los grupos teatrales de aquel momento.
Es más que nutrido el repertorio de obras de este grupo2
y, en general, el común denominador es la adaptación libre de una obra clásica,
dirigida a todo público, en especial a los adolescentes, en clave de humor.
Hacia fines de 2005 el grupo, tras el éxito de su espectáculo
Desastres 3, estrena Modestamente con Bombos y Platillos
4, en cuyo programa (Cirulaxia, 2005) de mano se anuncia que será protagonizado
Un impactante dramón que versa sobre las tribulaciones de un gaucho
enamorado, injustamente perseguido y acorralado por el destino fatal.
Evidentemente una versión libre de Juan Moreira de Eduardo
Gutiérrez. La nueva creación está motivada por la imaginación de la vida de los
actores trashumantes del circo criollo. Sin embargo, es inevitable preguntarse qué
actualidad le ofrecen los cirulaxias al texto Juan Moreira en los
albores del siglo veintiuno, sobre todo si consideramos que el público mayoritario
que asiste a ver la obra desconoce la historia de Moreira, la trayectoria de los
Podestá y el aporte y reconocimiento del movimiento de teatro popular, denominado
por algunos autores "pensamiento nacional".
Como Manuel Maccarini (2006) entiendo que aún no podemos considerar
la existencia de un teatro "nacional" en tanto este concepto intente representar
a una identidad total y no en proceso pues, precisamente, es el proceso de nacionalización
el que aún se encuentra en curso y en permanente tensión.
La versión de Juan Moreira en el espectáculo Modestamente
con Bombos y Platillos apela directamente a la pregunta por la identidad,
tanto es así que uno de los personajes de la obra se atreve a decirle a los miembros
de su compañía: "Podemos no saber hacia donde vamos, pero tenemos la obligación
de saber de donde venimos".
Cirulaxia decidió emprender el camino de revalorizar aquel espectáculo
popular e "ingenuo" y por muchos olvidado para reconocerlo como la cuna del teatro
nacional. Para ello se permiten "reflotar", en forma vivencial y lúdica, lo que
consideran pertenece a una "raza de actores" (Cirulaxia, 2005) que con
Amor profundo por el oficio elegido, resistieron e insistieron
en gestar la alegría con su milagrosa presencia en poblados distantes de flacos
recursos, para humilde felicidad de niños y recreo de mayores.
La dramaturgia de Modestamente con Bombos y Platillos responde
a la estructura teatro del teatro. La realidad descripta aparece teatralizada, por
lo tanto se vuelve difusa la frontera entre la obra y la realidad. El tema de la
representación es la misma representación. El espectador real asiste a una representación
dentro de la cual el público de actores también asiste a ella. Cuatro actores andariegos,
pertenecientes a la Compañía La Modesta (Polito, Gregorio, Edgardo y Beto), llevan
sus populares números de circo o "atrayente pabellón de novedades" – Beto "el mayor
monarca de los músculos"; Polito "el colosal hombre bala"; Gregorio "el célebre
ángel de las alturas" y Edgardo "la sin rival flama humana"- a distintos pueblos,
pero ellos no gozan de la popularidad de los Podestá. Los cuatro son arrojados del
tren en un descampado en medio de la pampa donde el pueblo más cercano se encuentra
a 302 km. Polito ha comprado con el dinero de los pasaje unos bombos convencido
de que de esa manera el espectáculo será un suceso, ya que siente que la sonoridad
y el llamado de los bom-bos por fin les garantizará el éxito del que gozan los por
ellos llamados "Malditos Podestá".
Mientras esperan el próximo tren deciden agregar a sus números
circenses una versión muy particular de Juan Moreira. Según los actores de
La Modesta, la gente está cansada de dramas e injusticias por lo tanto, ellos se
proponen que en lugar de que Moreira enfrente su destino hasta las últimas consecuencias,
en esta versión ellos "deben salvar al héroe". Esta decisión no es un dato menor
si pensamos que en la actualidad el sentido de justicia e injusticia puede verse
demorado o alterado y sobre todo, el descrédito generalizado de la sociedad, lleva
a pensar que, en la realidad como en la ficción se pueden encontrar atajos para
alterar el curso del destino.
El tipo de esquema dramático escogido implica una reflexión y una
manipulación de la ilusión teatral, le restablece en forma permanente al espectador
real su situación: la de estar en el teatro y asistir únicamente a una ficción.
El efecto doblemente ilusorio hace que surja o entre la realidad y, en consecuencia,
la expectativa por el logro del cambio del destino del héroe mantiene la atención,
ya que comenzarán a desplegarse diferentes estrategias para alcanzar el objetivo
y alterar la trama.
La Compañía La Modesta inicia el ensayo de su versión de Moreira.
Así mediante una trama sencilla conforman la siguiente fábula: Vicenta y Deolinda
(amiga de Vicenta) darán una fiesta en su rancho y en ella, se espera que Moreira
le pida la mano. Vicenta recuerda la advertencia de la bruja sobre la desgracia
que pesa sobre el destino de Moreira. Mientras tanto el italiano Sardeti le encarga
un trabajo a Moreira y contrae deudas con el gaucho que luego se niega a pagarle.
El personaje criollo es víctima de la codicia del extranjero y, además, de las injusticias
del Comisario que está enamorado de Vicenta. Moreira mata en buena ley a Sardeti
y es perseguido por la justicia.
Cabe aclarar que a modo de cuadros, los actores de La Modesta intentan
que el protagonista alcance un desenlace feliz, sin embargo no lo logran. Los actores
están poseídos por el destino trágico del héroe: Moreira no puede negarse al pedido
de una "gauchada" de Sardeti, a pesar de que sabe que no le pagará, pues el gaucho
nunca se niega a dar una mano. Vicenta no puede negarse al llamado del amor por
Moreira auque sabe que así se rompería su destino desgraciado frente a la muerte
de su amado. Y Deolinda por más que lo intenta, aún dando su vida, no puede evitar
que Moreira dé muerte a Sardeti. Permanentemente los actores se quejan ante su imposibilidad
de desviar el destino repitiendo la frase "¡Qué manera de no poder!".
Dentro de la estructura descripta la obra presenta, también, la
modalidad teatro en el teatro (Abirached, 1994), es decir incluye una representación
dentro de la acción dramática principal. Esto tiene por efecto contraponer dos series
diferentes de personajes (los actores de la Compañía La Modesta y los personajes
de la obra Juan Moreira), escenografías (con cuatro colchonetas empleadas
a modos de practicables fabrican distintos espacios para ambos niveles de ficción)
y temporalidad. Respecto a ello es interesante como Cirulaxia resuelve desde la
actuación las dos ficciones. Cuando los actores se comportan como actores de la
Compañía La Modesta trabajan con la técnica del clown pero conservando un tono declamativo
cercano a la dicción interpretativa. Como conocemos el clown pide cómplices, ya
sea otro personaje o el público, aquí el espectador real es testigo de una situación
a la que los personajes han sido arrojados. Los actores de La Modesta no miran al
público y esto rompe con uno de los principios de la técnica empleada ya que para
el clown no existe la cuarta pared. También con respecto al vestuario se produce
una actualización, lejos de pensar en un despliegue de colores, el mismo consiste
en pantalones y sacos oscuros, gorros de lana y pañuelos negros. Debajo llevan una
malla gris pegada al cuerpo con algunos ribetes. En cambio cuando los actores de
La Modesta ensayan los personajes de Juan Moreira, se colocan medias máscaras, adoptando
la modalidad de actuación de la comedia del arte y miran al público – rompiendo
con la cuarta pared- otorgándole a este un carácter virtual. El estilo de actuación
es paródico y recuerda la cadencia del habla gauchesca con sus lamentos y brillos.
Modestamente con Bombos y Platillos se aleja del realismo
del circo criollo, la exacerbación en la actuación grotesca se vuelve extraña al
espectador contemporáneo y el uso figurativo de los objetos como parte de la escenografía
rompe con toda ilusión mimética. La técnica de actuación de los cirulaxias
se aleja del esquema actoral de los Podestá, en que el impulso centrado en el afecto
llevaba la zona alta de la energía a la razón o bien hacia la zona baja del instinto.
La tensión o distensión del impulso según requieren los personajes no es considerado.
La actuación parodia al actor nacional que nunca abandona al personaje y esa construcción
desde el juego con distintos matices con la voz y una corporalidad lúdica es la
que predomina.
La identidad popular es apelada desde el tratamiento y la actualización
de la historia de Moreira, la injusticia que padece el más débil, la confrontación,
a veces, pero, también, la continuidad de la pérdida de ciertos valores como la
palabra empeñada. Moreira conserva su valor simbólico ya que se revela contra el
orden político y social, en la actualidad no opresor, sino corrupto. El anhelo de
justicia fuerza una forma de acción que trasciende lo social y lo heroico habilitando
a pensar sobre los marcos de legalidad que necesita nuestra sociedad.
A esta altura de la fábula el fracaso de la Compañía La Modesta
es inminente, Moreira terminará fusilado contra el paredón; sin embargo la magia
del teatro puede alterar la realidad y ofrecer otra posibilidad: el paredón se abre
y tras el sonido del tren se escucha: "¡Corre Moreira, corre!" al mismo tiempo que
los actores de La Modesta levantan como pueden sus petates y, también, huyen.
Frente a la acusación de que los actores de La Modesta no tienen
nada que ofrecer, el espectador recibe un guiño cómplice y optimista de que aún
los cambios son posibles. En este drama gauchesco el héroe sale triunfante y logra
escapar de su destino trágico salvando su popularidad.
A pesar de que con el paso de la historia y en un sentido, si lo
hay, "evolucionista" las cosas maduran, es innegable que la temática de Moreira
coincide con el momento actual en un doble sentido: como sociedad pero también con
la historia de los cirulaxias. Cirulaxia Contra Ataca encontró un paralelismo
entre la vida de aquellos actores trashumantes y su propia historia: "Por lo itinerante,
por las adversidades, el amor al oficio y la persistencia" (Molinari, 2006).
La historia de Moreira y su destino trágico reinstala en la opinión
popular cuanto de responsabilidad tenemos. ¿Es abierto este final trágico? y ¿estamos
condenados a ser títeres de la fatalidad? ¿Hay alguien que lo marca? o padecemos
de una suerte maniquea. Estas preguntas están en casi todas las obras del grupo
y, vale aclarar que en ellos persiste una suerte de "utopía inagotable" de que es
posible una salida y, su ética en la actuación lo demuestra cuando la decisión de
mantener la llama viva de la creación grupal no resulta un atajo de cartel o simple
nominación para obtener subsidios sino, un compromiso profesional y creativo.
Para finalizar entiendo que la mejor explicación de este debate
ético sobre la actuación y la identidad más allá de lo popular se puede sintetizar
en las propias declaraciones de los cirulaxias (Molinari, 2006):
Nosotros hemos vuelto al circo criollo, salimos a buscar al público.
Vamos a lo más viejo y seguimos la línea de recreación de los clásicos (…) Tenemos
un esquema simple de respuestas simple. Juntos somos esto.
BIBLIOGRAFÍA
-ABIRACHED, R.(1994), La crisis del personaje en el teatro moderno.
Madrid. Asociación de Directores de Escena de España.
-CIRULAXIA CONTRA ATACA (2005), Programa de mano
-MACCARINI, M. (2006), Teatro de identidad popular. Buenos
Aires. Instituto Nacional del Teatro.
-MOLINARI, B .(2006), "Con Bombos y platillos". La voz del interior.
Córdoba. 28/05.
-PODESTÁ, J.J. (2003), Medio siglo de farándula. Buenos
Aires. Galerna.
-SCHER.E. (2005), "Producción en grupo. Una historia que se repite"
en Revista Picadero. Buenos Aires. INT. Enero-abril. pp. 5-11.
-YUKELSON, A. (2006), "Hacia una estética de montajes concertados"
en El Apuntador. Revista de Artes escénicas. Córdoba. Coordinadora de Arte
Teatral. Año 6, nº 15, p.12
Notas
1
Cirulaxia Contra Ataca nace en 1989 como un Colectivo teatral que
trabaja en forma permanente en la producción, docencia, experimentación y creación
teatral. El grupo cuenta sala propia: Espacio Cirulaxia. Sus integrantes son: José
Luis de la Fuente, Elena Cerrada, Carlos Possentini, Adriana García, Víctor Acosta
y Gastón Mori.
2Ladran Sancho (1990) inspirada en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
de Cervantes; Jettatore (1993) versión libre de la obra homónima de G. de
Laferrère; Campeando al Cid. Historia de una retaguardia (1994) inspirada
en el Cantar del Mio Cid; Ubú, versión libre de Ubú rey de
A. Jarry y Purolope (2000) inspirada en Fuenteovejuna de Lope de Vega.
3Se estrenó en el 2001. Tres sastres argentinos residentes en Londres
se enteran por el diario que han sido elegidos por el excéntrico millonario Foog
V, descendiente de aquel que otrora diera la vuelta al mundo en 80 días, para realizarle
el traje que usará en la recepción de su llegada ya que promete realizar el mismo
viaje que su antepasado pero en tan solo una hora.
4Modestamente con Bombos y Platillos se estrenó en setiembre de 2005 en
el Espacio Cirulaxia. Actores: José Luis de la Fuente, Carlos Possentini, Vìctor
Acosta y Gastón Mori. Dirección: Elena Cerrada. Asistente de dirección: Adriana
García. Producción general: Cirulaxia Contra Ataca Teatro. La obra fue ganadora
de la Fiesta Regional Centro – Litoral 2006, organizada por el Instituto Nacional
de Teatro y participó en la Fiesta Nacional de Teatro 2007 en la ciudad de La Rioja.