Medea
por Julia Elena Sagaseta (IUNA)
Ficha
técnica
Autor:
Eurípides.
Versión:
Cristina Banegas y Lucila Pagliai.
Elenco:
Cristina Banegas, Daniel Fanego, Tina Serrano, Héctor Bidonde, Analía Couceyro,
Pochi Duchasse, Coni Marino, Sandro Nunziata, Omar Fantini, Armenia Martínez,
Susana Brussa, Martín Kahan, Verónica Santángelo, Luciano Ruiz y Valentino
Alonso.
Iluminación:
Leandra Rodríguez.
Vestuario:
Mini Zuccheri.
Escenografía:
Juan José Cambre.
Música original y dirección vocal: Carmen Baliero
Asistencia
artística: Paula Baró
Asistencia
de movimiento escénico: Rhea Volij
Dirección:
Pompeyo Audivert.
Teatro
San Martín. Sala Casacuberta.
Medea es uno de los personajes más famosos y
más sorprendentes de la tragedia clásica. Al revés de Antígona, que es el ser
ético por excelencia, Medea es desbordada y en algunas de sus acciones,
incomprensible. Su venganza, matando a sus hijos, desmesurada. Es difícil
entender el filicidio.
Pero por otro lado es la mujer que ama con
pasión, que es traicionada, la extranjera no reconocida como par, la otra
despreciada socialmente, la que sufre por todo esto pero muchísimo más por la
acción que va a cometer.
La versión que se estrenó en el teatro San
Martín con el protagónico de Cristina Banegas y dirección de Pompeyo Audivert
es fiel al texto de Eurípides aunque lo resuelve con una mirada contemporánea.
La versión de Cristina Banegas y Lucila Pagliai (realizada tras un minucioso
cotejo de traducciones) es muy lograda. Evitan cualquier tipo de coloquialismo
(lo que lleva a eliminar el uso de la segunda persona en los diálogos) y logran
un lenguaje en el que se resalta la figura y el mito.
Cristina Banegas realiza una composición
descollante de un personaje difícil y controvertido. Es desmesurada y humilde,
desafiante y dudosa. Realiza una interpretación que sacude y conmueve al
espectador. Medea se enfrenta al poder pero tiene también los hilos para destruir
ese poder. Es carente y poderosa al mismo tiempo. Frente a ella está Jasón, una
muy adecuada interpretación de Daniel Fanego, que coloca al personaje en el
mismo registro de Medea. Jasón se acerca al poder, se alía a él. Es cínico y
sólo le interesa situarse.
Es muy interesante el lugar que la puesta
otorga al corifeo que interpreta con mucha eficacia Analía Couceyro. Si bien
sus palabras siguen el texto clásico, sus movimientos, sus gestos lo colocan en
distintos lugares: por momentos anunciador de los que llegan, en otros alter
ego de Medea a la que cuestiona pero también apoya.
En la lograda escenografía (un plano inclinado)
los personajes se mueven coreográficamente. El imaginativo vestuario de Mini
Zuccheri y la singular música de Carmen Baliero enriquecen la propuesta de
Pompeyo Audivert en la que la tragedia asume formas de ritual pero también
habla de luchas y ambiciones muy contemporáneas.