IUNA
 
número 3 | septiembre 2008
información y críticas
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Los hijos del sol

por Ana Seoane

Cuando se analiza la dramaturgia más estrenada en Buenos Aires del autor ruso Alejo Maximovich Peshkov, más conocido por su seudónimo Máximo Gorki (1868-1936) aparecen: Los bajos fondos, Los pequeños burgueses y La madre. Vale recordar que este maestro del realismo -como se lo considera- conoció el éxito gracias a las puestas en escena de Stanislavski.

 Es muy importante que un director de la talla de Rubén Szuchmacher haya elegido presentar Los hijos del sol (1905), en una versión respetuosa, con un numeroso y excelente elenco. No es nuevo en su trayectoria, ya que desde hace varios años él mismo se impuso distintos desafíos con textos clásicos. Llevó a escena Las troyanas y también estrenó El siglo de oro del Peronismo entrecruzando textos en verso con otro más actual. Sólo si nos referimos a sus trabajos en la escena independiente, porque si sumamos sus direcciones comerciales habría que agregar títulos de la envergadura de Calígula de Camus o Muerte de un viajante de Miller, entre muchas otras.

Los hijos del sol es un juego donde se entrecruzan desde amores no correspondidos hasta diferentes violencias familiares, incluyendo en este ítem al alcoholismo. Gorki le entregó a sus protagonistas una gran carnadura, pero si ésta trasciende y se actualiza es por los notables méritos del director y el elenco que supo elegir. Por momentos se evidencia una cierta aceleración de tiempos, casi exaltación de estados, pero fue el camino elegido por  Szuchmacher para que la platea actual, de principios del siglo XXI pudiera sonreír con esta estructura dramática de principios del siglo XX.

El despojamiento escénico es uno de los rasgos más notables de este último Szuchmacher escénico. En esta comprensión de síntesis aparecen siempre dos nombres junto al suyo: Jorge Ferrari como escenógrafo y vestuarista y la iluminación de Gonzalo Córdova. El imponente telón de luces del fondo permite una serie de juegos que actualizan la obra, es como si Ferrari y Córdoba cada uno con su lenguajes escénicos hubieran ayudado a quitarle el polvo de los años a la obra de Gorki.

Sobresale el trabajo interpretativo de Pablo Caramelo, junto a él tienen también muy buenas escenas tanto Irina Alonso como Karina Antonelli, Roberto Sabatto, Ana Fouroulis y María Zambelli. Siempre Szuchmacher logra congeniar diferentes edades en su elenco, logrando darles un mismo estilo actoral. Salvo algún caso, que sería la excepción que confirma la regla, todos sus intérpretes evidencian una notable dicción. Su puesta en escena está jugada desde el despojamiento porque sabe que su grupo sabe estar en el amplio escenario del “Kafka” sin necesidad de objetos innecesarios.

Un nuevo desafío de Rubén Szuchmacher resulta Los hijos del sol  y nuevamente salió airoso demostrando que se puede llevar a los escenarios independientes textos de esta envergadura y acercárselos al público actual, sin necesidad de grandes producciones, ni privadas, ni estatales.

FICHA TÉCNICA

Autor: Máximo Gorki

Elenco: Pablo Caramelo, Irina Alonso, Karina Antonelli, Francisco Civit, Javier Rodríguez, Andrea Jaet, Rubén Dellarossa, Nicolás Balcone, Paul Mauch, Emilse Díaz, Roberto Sabatto, Ana Fouroulis, María Zambelli, Emilse Díaz, Federico Ponce, Daniel Ridolfi, Fernando Arluna y Federico Costa.

Escenografía y vestuario: Jorge Ferrari.

Luces: Gonzalo Córdova.

Diseño sonoro: Bárbara Togander.

Dramaturgia y dirección: Rubén Szuchmacher.

 
 
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