(IUNA-UBA)
Autora y directora: Ana Barletta
Elenco: Fernanda Bercovich, Ideth Enright, Bárbara Irisarri, Walter Jakob e Ignacio Monna
Escenografía: Ariel Vaccaro
Diseño de luces: David Seldes
Música original: Leo Ridolfi
Asistencia de iluminación: Sebastián Evangelista
Asistencia de dirección: Belén Cerini
Ana Barletta, egresada del IUNA con el título de actriz nacional en el año 2003 inició en el año 2011 su propia historia en su dualidad de dramaturga y
directora. En esa fecha estrenó Campos de aloe donde se intuía a una creadora que llegaba a cuestionar defectos de nuestra sociedad a través del
humor. Había elegido a un elenco (Fernanda Bercovich, Patricia Duben, Eleonora Gottlieb y Bárbara Irisarri) con el cual encontró un lenguaje en común.
Iluminaba el mundo de la mujer, con sus desesperaciones, su búsqueda de independencia económica y los falsos salvatajes con los que podía chocarse. Desde
el 2013 sigue presentando lo que es su segunda creación - Murga- y aquí vuelve a trabajar con alguna de aquellas actrices que la habían acompañado
en su primera experiencia asumiendo esta doble responsabilidad.
La elección del espacio conlleva el tema, porque el primer conflicto que se evidencia es la falta de consultorio de este original psicólogo. Es la
superposición de ámbitos lo que desencadena la historia, ya que deben compartir espacios, aunque no horarios entre las citas al diván y los ensayos de una
murga barrial. Con este pequeño micro cosmos urbano aparecen desde la solidaridad, el amor hasta las envidias y los celos. Lo bueno y lo malo del ser
humano se han entrecruzando.
Nuevamente Barletta se vale de la sonrisa para cuestionar, usa la música para fracturar la historia, dar un respiro y dibujar más ironías. Las creaciones
musicales de Leo Ridolfi siguen un lineamiento popular y festivo, con muy pocos instrumentos. Se van colando en la historia otras inquietudes, desde la
búsqueda del amor, el rechazo del compromiso, hasta la fuerza de las propuestas artísticas barriales. Imposible no asociar con grupos emblemáticos como
"Catalinas Sur" y su teatro comunitario.
La relación que entabló entre ficción y espectadores vuelve a ser muy estrecha. El público casi le respira en la nuca al elenco, por eso Barletta reclama y
consigue un alto grado de concentración. Los intérpretes son capaces de transformarse en utileros, cambian escenografías, tanto en la piel de sus
personajes como cuando abandonan los mismos. Bailan, cantan, actúan y jamás pierden sus historias. Todos ponen en evidencia un aquí y ahora que se acerca
para conmover.
En sus dos creaciones Ana Barletta demostró que tiene un universo personal que trasladar al teatro, que busca compartir con algunas actrices como para
armar un lenguaje común entre dramaturga, directora y elenco. Evidencia preocupación por reflejar problemas actuales, falta de trabajo, búsqueda de nuevos
horizontes laborales, ausencia de alquileres, las complejidades de compartir espacios, crisis personales, pero cada todos están enfocados con humor, se
cuela siempre la búsqueda de hacer sonreír junto con la reflexión. Ojala que estos inicios sigan confirmando un estilo.