¿Cómo fue tu formación?
Mi formación comenzó en Chascomús a los siete años de edad integrándome a un grupo de teatro local, haciendo obras pequeñas. En su momento resultó una
experiencia muy estimulante.
Años más tarde, en la secundaria, entrené con Miguel Saulo, un profesor de teatro de mi pueblo que me enseñó acerca de lo importante del compromiso y la
pasión para producir arte. Años después me mudé a La Plata para estudiar comunicación social. Fueron mis primeros pasos por talleres rigurosos orientados a
la producción escénica. Muy valiosa fue la experiencia de trabajar junto a Beatriz Catani, con ella produje varias obras (Ojos de Ciervo Rumanos, Cuerpos Abanderados, Félix.María de 2 a 4, Detrás de las Palabras, entre otras). Simultáneamente participé en talleres de
dramaturgia y dirección con
Rubén
Szuchmacher
, Daniel Veronese y Alejandro Tantanian. Allí allí tuve la posibilidad de abrir la mirada en relación a lo teatral.
Más allá de los diversos talleres que cursé, siento que mi formación como actor es continua, infinita. Con cada director que compartí escenario aprendí y
aprendo mucho en relación a la actuación. Trabajar con Guillermo Arengo, con el Periférico de Objetos, con Emilio García Wehbi, con Lola Arias, con Ana
Alvarado, con Daniel Veronese, con Horacio Banegas entre tantos otros, me resultó muy nutritivo.
Y no sólo de los directores he aprendido mucho, también aprendí de compañeros extraordinarios de trabajo, tanto actores como escenógrafos, músicos,
vestuaristas, dramaturgos. La experiencia de dirigir también me aporta mucho para seguir pensando la actuación.
¿Cómo enfocas tu trabajo como actor?
El enfoque es muy variado, depende del material, del director y sobre todo del modo de producir la obra. En general tengo una obsesión particular con "cómo
suena el personaje". Esto es: qué sonidos genera su cuerpo cuando se mueve, respira, habla. Luego me interesa probar en los ensayos construcciones formales
diferentes, maneras corporales, desviaciones de ejes, la mirada, la boca, hasta llegar "al corazón".
El trabajo de escritorio también es muy importante. Pensar el personaje y tratar de soñar con él me resulta importantísimo. Me interesa que el personaje
tome vida, y siguiendo ese interés todo es válido. "El actor debe ser capaz de crear un universo en la palma de su mano" dice Laurence Olivier. Esa idea se
ha convertido en una forma de trabajo para mí.
¿Cómo es tu tarea como docente de teatro?
Mi objetivo fundamental como docente de teatro es potenciar las capacidades expresivas. Me interesa que cada alumno se trasforme en un artista, no sólo en
un actor, en un director o en un dramaturgo. Se trata de promover una mirada más a amplia y abarcadora del hecho teatral. Tomando las palabras de Deleuze,
promuevo la generación de un "pensamiento nómade", no sedentario. Por eso es que trabajo con herramientas tomadas de diferentes métodos de actuación.
Me interesa generar grupos de trabajo heterogéneos (diferentes edades, procesos expresivos y formaciones artísticas). Mis talleres tienen por objetivo
potenciar el impulso creativo y generar materiales escénicos a partir de la sensibilidad y la poética de los alumnos. Trato de alentar la generación de
pensamiento teatral a partir de la reflexión sobre lo experimentado, enriquecido por ideas de artistas provenientes de diversas disciplinas intelectuales y
artísticas: Meyerhold, Deleuze, Kandinsky, Duchamp, Wilson, Barba, Stanivslasky, Badiou, Warhol, etc.
Me parece fundamental abogar por un teatro que esté abierto a la experiencia vital y única de generar escena a partir del juego y la necesidad de
comunicación.